La vida te da lecciones que a veces no comprendes. Te quedas en blanco, paralizado y sorprendido entre tanta creatividad. Y digo “creatividad” porque, para mí, la vida no es buena ni es mala, es creativa. Infinitamente creativa.
Toma tu historia y va añadiendo capítulos cada vez más profundos en su comprensión, horribles quizás para los que leen por encima, hermosos para aquellos que entienden el entre líneas que siempre está presente. Porque siempre parece haber algo más allá de lo obvio. La vida toma tu historia y hace de las suyas, a veces haciéndote creer que tienes el control, pero, realmente, no hay control alguno. No hay guión ni libreto. La vives mientras se va escribiendo. ¡Y qué sorpresas nos da a veces! Unas agradables, otras no tanto. Pone a prueba nuestra fuerza, resistencia, cordura y, en algunos momentos, hasta nuestras ganas de vivir. Doblega nuestra terquedad e intenta devolvernos al camino que deberíamos recorrer. No por autoritaria, sino por sabia.
A veces da saltos grandísimos en una milésima de segundo. Como el paracaidista que está en la seguridad del avión, para, de repente, internarse en la infinidad del cielo. Y la verdad es que sí, a veces la vida te deja sin aliento. Te golpea tan fuerte que solo queda gritar muy alto para ver si así se detiene un poco. No hay otra opción más que llorar para así poder limpiar tu alma, y aferrarte a la idea de que, después de caer, serás más fuerte para levantarte.
Aunque… sí hay otra opción: quedarte ahí tirado. Pero ese camino, con el tiempo, te lleva a otra caída mucho más fuerte. Al final -y como ya dije- la vida es muy creativa, así que siempre podrá abrir la tierra bajo tus pies para que caigas un poco más profundo. Aunque también alimenta tus alas para que, ante cualquier caída, puedas volar.
La vida crea el árbol con frutos con el mismo amor que crea al hombre con armas. Es como si ambos fueran necesarios para algún fin común. Es como si, aquello que es doloroso, te hiciera valorar hasta la más mínima gota de belleza. Está llena de lecciones y de caminos rocosos, y simplemente rezamos para que, entre tanta locura, podamos conseguir un instante de paz. Entre tanto odio, podamos todavía amar.
Y no intento cuestionar a la vida porque no tiene sentido. Su respuesta siempre será la misma: “Si decidiste conocerme, fue para probar todas las facetas de mi infinita creatividad. No experimentarás solo lo hermoso y perfecto, sino también lo amargo y doloroso. De esta forma, aprenderás a identificar el camino errado y podrás rectificar sin necesidad de mi llamado de atención. Es así como tu sabiduría se forjará poco a poco, hasta que comprendas que, todo lo que te sucede, hasta aquello que abre tu corazón en dos, lo he creado para ti con el más puro e infinito amor”
Tú lo vales
Francis Nazar
biemvenido a steemit amigo, soy nuevo igual que tu. Ya te sigo sígueme tu ahora, y ayudémonos mutuamente
Claro que sí, Victor. Éxito en esta nueva comunidad