CÓMO DETECTAR QUISTES
En la mayoría de los casos no producen síntomas. Se descubren de forma casual al realizar un estudio de la zona por otro motivo.
Tiene muchas funciones; entre las más importantes, es el encargado del filtrado y almacenamiento de la sangre y es uno de los protagonistas en la converSión de los alimentos en energía.
Los quistes en el hígado son forma- ciones, habitualmente esféricas, que encapsulan líquido. Una de sus características principales es que este tipo de lesión generalmente no produce síntomas, por lo que su diagnóstico se revela de forma casual al realizar algún análisis del hígado como, por ejemplo, a través de una ecografía o tomografía.
DISTINTOS TIPOS
Existen diversos tipos de quistes hepáticos. Los quistes simples y benignos, suelen ser de tamaño pequeño y no producen síntomas, ni pueden derivar en complicaciones. Son más frecuentes en las mujeres y la gran mayoría no requiere seguimiento ni tratamiento. En casos poco frecuentes este tipo de quiste puede aumentar su tamaño considerablemente y provocar síntomas como molestias abdominales,
sensación de saciedad, fiebre, vómitos, entre otros.
En el caso de los quistes múltiples se trataría de la enfermedad poliquística del hígado, definida por la presencia de cuatro o más quistes. Esta patología es hereditaria y frecuentemente se la asocia con quistes en otros órganos como el riñón.
Los quistes producidos por un parásito, en la mayoría de los casos también se descubren de modo casual y no producen problemas. Si están calcificados no suelen requerir tratamiento, pero en algunas ocasiones es necesario administrar algún fármaco contra el parásito, o incluso indicar la cirugía.
UN BUEN DIAGNÓSTICO
Como se mencionó anteriormente al tratarse de quistes simples y de pequeño tamaño por lo general no requieren seguimiento ni tratamiento. Si bien los métodos más frecuentes para el correcto diagnóstico de estas lesiones son la ecografía, tomografía, y laparoscopia; en determinadas ocasiones el médico podrá solicitar repetir los estudios un tiempo después para confirmar que los quistes mantienen su tamaño, sobre todo en aquellos que son grandes, parasitarios o múltiples. Para poder completar el estudio, el médico podrá solicitar otras pruebas de imagen más específicas como un TAC-Scanner o una resonancia magnética. Muy raramente los quistes requieren tratamiento quirúrgico, y esto ocurre
fundamentalmente cuando los quistes son grandes y han presentado algún tipo de complicación (rotura, hemorragia, infección).
Dado su origen congénito, la prevención es prácticamente nula. La mayor precaución va a estar en evitar contraer el parásito que puede hacer que
adquiramos esta dolencia, por ejemplo teniendo un estricto cuidado sanitario en las carnes a ingerir y una cocción completa de las mismas.
SíNTOMAS ASOCIADOS
En caso de que un quiste alcance entre los 4 y los 5 cm, empezaremos a sentir síntomas muy característicos:
- Dolor abdominal.
- Presión y malestar.
- Malas digestiones.
- Cansancio.
- Inflamaciones o fiebre.
- Calambres abdominales.
- Vómitos.
Claro que los síntomas pueden variar de una persona a otra, pero por lo general, estas son las molestias más comunes. Nuestro médico será quien nos dé el diagnóstico y quien determine el proceso que debemos seguir, que suele ser una cirugía.