Si bien es cierto, a pesar de la situación económica que está atravesando nuestro país, nosotros seguimos con la devoción hacia el niño Jesús, no dejando pasar estas bellas fiestas, que tienen gran significado de nuestros antepasados. Son tradiciones que forman parte de la idiosincrasia de nuestros estados andinos.
Anteriormente las celebraciones o paraduras eran muy disimiles, dependiendo de la familia que lo organizaba, hacían grandes fiestas y comilonas para los invitados, pero en la actualidad el escenario ha cambiado, suelen hacerlo desde lo más humilde, con el rezo, canto del rosario en familia, y con un pequeño compartir que se realiza con mucha fe y devoción de que el niño nos ayudara y nos concederá los deseos durante todo el año.
Me despido de todos Ustedes, espero que esta publicación sea de mucho agrado y ojala algún día tengan la oportunidad de presenciar estas celebraciones, que con crisis y sin crisis nunca pasaran de moda.