La Pequeña Casa de la Montaña, al estilo Pequeña Casa de La Pradera

En mis vacaciones a los Andes, fui a visitar a mi tío Jesús, en el Caserío de San Rafael, que pertenece al Municipio Francisco de Miranda, a tres horas de San Cristóbal, Estado Táchira, el punto de referencia para bajarse del autobús es una capilla, que está a la orilla de la carretera.

Casa del tío Jesus

Vista desde su casa

Comencé mi caminata montaña arriba, fueron 20 minutos aproximadamente, al llegar estaba el tío Jesús, sentado amolando su machete, para el trabajo que le esperaba al día siguiente; él es pelirrojo, le dicen “el canelo” pero sus canas fueron borrando su cabellera rojiza; nos dimos un abrazo y comenzamos a conversar. Ya que para llegar allí, hay que realizar un viaje de casi 18 horas, siempre hago lo posible por ir a visitarlos, Doris su esposa me recibe con una taza de café, de su cosecha ¡Que delicia!, fue hecho en leña, todavía tienen el fogón, aunque tengan la cocina, no la usan, llevar una bombona de gas allí es toda una travesía, cuando necesitan trasladar algo hasta la casa, llevan el burro a la orilla del camino abajo y le montan la carga para que la suba; ellos viven apartados del mundo, sin tecnología, libre de contaminación y rodeados de montañas, allí se respira calma; de noche al dormir no se oye absolutamente nada, al apagar las luces quedas en una oscuridad total; es bueno no beber tanto liquido antes de acostarse, para no levantarte a media noche, porque el frío es tan fuerte que te paraliza, hay que arroparse con 3 cobijas.

Regando el Cafe

Su sustento es la tierra, es lo que aprendió desde pequeño, todos los días se levanta muy temprano a revisar sus cosechas, que no tengan maleza para mantenerlas despejadas, cuando tiene alguna lista para recoger, se va al pueblo a venderla, con la ganancia, compra lo que necesita para la casa, tiene criadero de conejos y gallinas. Como a 3 horas de su casa es una zona que ellos le llaman “paramo” tiene 5 vacas, a veces sube y sé queda hasta 15 días para después bajar con queso ahumado para su consumo y venta. Tiene 12 hijos, 35 nietos y 15 bisnietos, en diciembre es la época que llegan todos para celebrar las navidades, mucho bullicio, baile, bebida y comida. Hay algunos hijos cerca que lo ayudan de vez en cuando, sus casas se ven a distancia si los necesita, hace un sonido que emite un eco y ellos le responden. Es un método de comunicación que les ha resultado.

Mi tío me recuerda mucho a la familia ingalls, en “la pequeña casa de la pradera”, su lucha con la tierra, el ambiente, el riego. A su edad y tiene tanta vitalidad, jamás se queda quieto, tiene que estar haciendo algo, es de admiración. Siempre lo recuerdo en mi día a día, sobre todo cuando siento que no puedo hacer las cosas. El nunca se rendiría.

Mi primera publicación!!!! Espero que les guste!!!