El viaje espiritual de Alexander Hernández

in #spanish6 years ago

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"Un hombre puede dar algo mejor, si eso es posible, que su vida. Puede dar su espíritu vivo a una causa que no sea fácil"

El 11 de Abril de cada año, se celebra el Día Mundial del Parkinson, a propósito del aniversario del Neurólogo británico James Parkinson, que en 1817, descubrió lo que él catalogó en ese entonces como parálisis agitante. Hoy es calificada como una enfermedad crónica y degenerativa para aquellos que la padecen.

Debo confesarles que, yo nunca me había detenido a profundizar sobre este tipo de trastorno, y solo había leído en una ocasión que, el boxeador Mohamed Ali, con una carrera tan exitosa y prospera, lamentablemente padeció de la enfermedad de Parkinson durante 32 años.

Y es allí, cuando nos percatamos que es como un sencillo muro hilado con tela de araña, el que separa la salud de la enfermedad, la vida de la muerte, a los que logran sanar, de los que se quedan en el camino. Por ello es que nunca sabemos de qué manera ni cuándo va a cambiar nuestra vida. Y es mejor que sea así.

En este estropeado andar, la bondad del destino, me concedió el honor de conocer a quien hoy es mi amigo, Alexander Hernández, en medio de las adversidades que transitan en estos tiempos en mi país, Venezuela, las personas que sufren la enfermedad de Parkinson.

Conocí personalmente a Alexander Hernández en el mes de Marzo, a propósito que leí en la cuenta twitter de la Fundación Parkinson Caracas, la publicación de un vídeo de un paciente, el señor Frederick Mills en Guatire, y la solicitud con urgencia de una silla de ruedas que requería. Inmediatamente le escribí, esa misma noche del 23 de Marzo, manifestándole que yo tenía en mi hogar, guardada, una silla de ruedas en perfectas condiciones y pregunté cómo hacía para donarsela. Me facilitaron el número telefónico del Presidente de Fundaparkca, Alexander Hernández, lo llamé y acordamos que el día siguiente, él personalmente vendría a mi casa a buscar la silla de ruedas.


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Efectivamente, Alexander llegó a mi casa en su carro, esa mañana del domingo 24 de Marzo, y no solamente fue a buscar la silla de ruedas que yo le había prometido, sino que me pidió que lo acompañara a Guatire, a la casa del señor Frederick Mills. Ni yo conocía a Alexander, ni Alexander tampoco conocía al señor Frederick. La familia del paciente lo contactó a través del instagram de la fundación y le envió un vídeo, para que observara las condiciones precarias de salud que estaba presentando, y por la gravedad del caso, Alexander decidió hacerlo público solicitando ayuda.


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Aceptar ese día la invitación de Alexander para que lo acompañara a Guatire, fue una de las más maravillosas experiencias que he podido vivir en estos últimos tiempos, siempre he creído que los poderes de nuestra razón son como mínimo uno de los mayores retos para nuestra curación, porque la racionalidad insiste en encontrar una explicación a por qué las cosas ocurren del modo en que ocurren, incluido por qué enfermamos. Pude observar la entrega, paciencia, humildad, asistencia terapéutica y apoyo moral que Alexander brinda a los pacientes que como él sufren de Parkinson. En la maleta de su carro lleva una camilla portátil, y un bolso con aceites aromáticos, toallas, etc. y cuando lo contacta una familia, acude a visitar el hogar, para conocer el doliente, y asistirlo de una vez.

"Los pueblos, los hombres se enfrían por ausencia de espíritu. Pero estamos nosotros, con pedernal y yesca, con melodías y cantares, poemas y reflexiones, alto desvelo y sueños de todo tipo, para entibiar las horas de aquellos que no quieren congelarse todavía"

Alexander era un deportista prometedor que llevaba una vida sana y equilibrada, un joven presumido, engreído muchas veces, y que no tenía otros ojos, más que para elogiar su propio mundo construido. Fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson a la edad de 36 años, hoy tiene 45.

Ya sabiendo de la enfermedad, los padres de Alexander, empresarios exitosos, inmediatamente movilizaron los recursos económicos necesarios para llevarlo al exterior, con la visión de revertir el Parkinson de su hijo, aunado a la presión constante del enfermo, quien tenía la firme convicción de que el hecho de poseer dinero suficiente, representaba la panacea para restaurarle la salud, colocada en manos de los más renombrados especialistas.

Transcurría el tiempo y no se revertía el Parkinson de Alexander, contrario a ello, empeoraba, hasta que una gran frustración espiritual lo llevó a sentir un profundo vacío, a perder las fuerzas necesarias para seguir luchando, a darse por vencido. Alexander quedó postrado a consecuencia de un ataque de asma que lo dejó en cama. La prognosis era que no volvería a caminar.

Desde allí comenzó el viaje espiritual de mi amigo Alexander Hernández, y decidió curarse a sí mismo, y en ese viaje se convirtió en vehículo para la curación de otros que padecen su misma enfermedad.

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Y es que, yo también he experimentado mi propio viaje espiritual, y ha sido en momentos de crisis, mediante la oración, no mediante la relajación. Y no me refiero a oraciones repetitivas o de peticiones comunes, y aunque no soy fanática del Vaticano, vengo de raíces católicas. Curar no es una cuestión de sagrados óleos, procesar heridas, encender velas ni nada parecido. Sanar es el resultado de un acto místico de rendición, un despertar que trasciende cualquier religión. Es un diálogo íntimo guiado por el silencio balsámico, curativo que penetra en el corazón y la mente estresada, para dar paso a otro diálogo más íntimo todavía, el de la verdad entre el individuo y lo divino.

Alexander me relató que sintió un llamado, que no era posible ilustrarlo con simples palabras, pero él lo aceptó. Se dedicó a servir a quienes padecen su misma enfermedad, posteriormente creó la Fundación Parkinson Caracas, para canalizar diferentes necesidades tanto en Caracas, como en distintas regiones de Venezuela, para los pacientes. Dona medicinas a los enfermos, cuando se las envían de otras organizaciones en el exterior.

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Un denominador común en nuestra cultura, es que llegamos a conclusiones basadas en simples mediciones, entre ellas las de la escala dolor-placer. En muchas ocasiones incluso perdemos el control, perdemos la razón; y las emociones violentas y negativas se apoderan de nuestro ser. Nosotros respondemos en forma emotiva ante las cosas que nos interesan, así que resulta normal sentirse irritado o molesto tras una decepción. Consideramos que todo lo que nos causa dolor, es malo, una crisis es dolorosa, el trance de una enfermedad es doloroso, y así nos dejamos dominar por la negatividad.

Podemos decir que esto no es verdad, porque a veces una crisis de salud, es una llamada esencial para una misión de vida, cuando la aceptamos con humildad.

Alexander Hernández es un maravilloso ejemplo de vida, porque mientras nosotros podemos pensar que sufrir de Parkinson es un precio demasiado alto para ser un vehículo de optimismo, él decidió hacerse más fuerte interiormente, asimilando su verdad, de que aunque el mal no puede ser erradicado, de algún modo el amor y la compasión hacia los demás lo contrarrestan.

Me alegra saber que, cuando seguimos por este camino de iluminación, a veces nos encontramos con otros compañeros del alma, seres con conocimientos y experiencia suficientemente profundos como para entender nuestro propio viaje personal.

Todas las imágenes que aparecen en este post fueron tomadas del Twitter Oficial de la Fundación Parkinson Caracas https://twitter.com/fundaparkca

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@fridakahlo Hola amigos del Proyecto Cervantes. Feliz noche. Muchas gracias por todo su apoyo brindado. Y recordando a Winston Churchill, líder británico con Premio Nóbel de Literatura, cuando dijo: “No tiene sentido decir que lo vamos a hacer lo mejor que podamos. Tenemos que lograr hacer lo que sea necesario”. Esto nos compromete y motiva a seguir colocando corazón en cada uno de nuestros escritos, cada día mejor, optimizando nuestros contenidos y principalmente lograr el reconocimiento de nuestras publicaciones y, que excelentes equipos de trabajo como el que integran ustedes en esta grandiosa plataforma de Steemit, sigan siendo fuente de inspiración para esta maravillosa comunidad.

Un gran Abrazo
Les deseo éxito, felicidad y prosperidad en todos los proyectos.