"Si alguna vez detenemos el cambio climático, conservamos la Tierra, el agua y otros recursos, por no mencionar la reducción del sufrimiento animal, debemos celebrar el Día de la Tierra en cada comida"
Desde mi pedacito de planeta, Venezuela, en las últimas décadas he observado como el hombre ha acelerado el proceso de deterioro del medio ambiente, en el afán de utilizar los recursos naturales renovables y no renovables para su propio beneficio.
En mi tierra he visto el arrase de reservas forestales, flora, fauna, afectación de parques nacionales, contaminación de suelos, se ha venido alterando el curso de las aguas, han sido intervenidas cuencas hidrográficas, han sido invadidas áreas protegidas.
Pero más allá de mi geografía, el hombre ha hecho de nuestro planeta un urbanismo exagerado, concentrando a casi todos los pobladores de la Tierra en ciudades inhóspitas y con una gran cantidad de problemas que alteran el equilibrio natural.
El hombre quiere domesticar no solo algunas plantas y animales, sino crear ecosistemas domésticos sin importarle para nada la repercusión que esta modificación artificial producirá en el paisaje, en el clima en los ecosistemas vecinos.
"Muy a nuestro pesar, estamos despertando ante el hecho de que la amenaza de nuestro ambiente aún persiste y en creciente número, los profetas del desastre creen que estamos en serio peligro de dar un traspié"
La naturaleza no tiene dueños, y el alma del hombre sano descubre un alma en el paisaje que le rodea. Para el que madruga con el canto de los gallos, para ordeñar en el estero de la llanura una vaca, anunciase entonces un nuevo ligamen de la existencia, una sensibilidad nueva. Nuestro planeta inscribe en su rostro devastado todos los acontecimientos desde todos los tiempos.
Nunca es la casa Tierra un temible enemigo al que vencer, es la era de la ignorancia ecológica la debe ser reemplazada por la conciencia ecológica. Sociedades y gobiernos deben entender que la declinación de la diversidad natural y el deterioro de la calidad ambiental son síntomas inequívocos de una cultura en decadencia.
No es la naturaleza la justa o injusta, la sobreexplotación del medio genera un acelerado proceso de fuerzas destructivas, que el colapso de ecosistemas ha conducido a la caída de civilizaciones y que la eliminación de áreas naturales hace imposible el estudio de la herencia biológica del hombre, justamente porque el comportamiento del hombre está íntimamente ligado a su herencia.
La propia naturaleza dibuja todos los estilos futuros, y para el avance espiritual y cultural del hombre, diversos paisajes vivientes son esenciales.
"Las leyes de la naturaleza siguen marcando los límites exteriores de lo permisible, pero la vida florece, en toda su peculiar y absurda rareza, leyendo entre líneas"
Hoy 22 de Abril, Día Mundial de la Tierra, es propicio para reflexionar que en mi pedacito de planeta, Venezuela, la cultura es sacar lo más posible y pensar que el futuro no es asunto de nuestra responsabilidad, incluso se habla del "manejo racional y sustentable" pero nadie sabe lo que significan esas tres palabras unidas por 26 letras. Si se decreta una zona protegida, debe usarse para la educación, para la investigación científica, para el desarrollo sobre bases ecológicas, donde se consideren las cualidades naturales del lugar y en ella se injertan las decisiones políticas, económicas y sociales.
¡Hoy, se acumulan tantas y tantas decisiones al revés!
Se toma una decisión política y se espera que la ecología se acomode a ella .....
"Solo cuando el último árbol haya muerto, el último río haya sido envenenado y el último pez haya sido pescado, nos daremos cuenta que no podemos comernos el dinero"