Es tarde y afuera está lloviendo me encuentro sola en casa dando vueltas por la cama, entonces enciendo esa enorme pantalla brillante que conocemos como televisión, empiezo a pasear por los canales y me doy cuenta que no me gusta ninguna programación, pues todas son más de lo mismo. En especial el noticiero. Pues solo se centra en la farándula, desdiversando la verdad, además que importa hablar del ambiente si no genera rating, se quema las amazonas y se están extinguiendo muchas especies y al parecer eso no es importante, estamos viviendo en tiempos en el que solo el dinero importa, solo tienes que vivir por y para el dinero y ni hablar de la pobreza que existe en los barrios, ¿para que ocuparse de la clase pobre? Si los ricos se pueden comprar a 1.000€ cada corbata.

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Tal parece que el mundo se encuentra sumergido en varias realidades, pero hoy solo hablare de dos de ellas, la primera es el mundo que hay en esa pantalla brillante, que te dice como debes vestirte como debes calzarte, cual es el aperitivo correcto, y el plato correcto con el vino o champaña según sea el caso, que cubiertos debes de utilizar y que restaurant está de moda la cual debes de ir al menos una vez al mes y si no lo puedes pagar eres tremendo pela güevo.

Por otro lado, nos encontramos la vida real, la de las calles sucias en donde te encuentras con perros calientes con o sin ensalada, hamburguesas con huevo y tocinetas, empanadas con bastante grasa, arroz chino con cubitos de dudoso animal, arepas con el relleno que desees y pare usted de contar cuanta comida grasosa e insana se puede encontrar en la calle, además no encuentras nada de cubiertos finos, solo cubiertos de plástico y platos desechables.

Una te muestra que debes ejercitarte y en que gimnasio debes hacerlo y con qué entrenador debes hacerlo, que leche debes de consumir para tus batidos de proteína, tiene que ser leche con 0% de grasa y de vaca blanca y negra nada de vaca gris con joroba, también te enseña que marca de maquillaje usar nada de maquillaje copia barata que venden en el mercadito de las pulgas no, solo maquillajes de marca, el perfume como mínimo tiene que ser Channel, Paris Hilton, Carolina Herrera O Paco Rabanne para los caballeros, la ropa íntima tiene que ser de la marca de Calvin Klein o Victoria's Secret. Mientras que en la vida real no te puedes pagar un gimnasio pues la plata no te alcanza para eso, además la leche que compras es leche aguada con cierto porcentaje de grasa según lo que dicen las letras pequeñas y que solo te venden novecientos centímetros cúbicos a precio de litro, el maquillaje que terminas comprando no es más que la copia de la copia que ni si quiera sabes con que productos hacen tales copias y pueden causarte alguna reacción alérgica al producto o a uno de los excipientes de la formula, con respecto al perfume adquieres una imitación de la Can Can de Paris Hilton a precio de original y cuando la vas a usar solo te dura unos minutos y ya luego pierde el olor y la ropa íntima que te toca comprar por tu sueldo tan miserable que así trabajes las veinticuatro horas, de los 365 días y 12 meses que trae el año, no te alcanza si quiera para una prenda de la pasarela de Victoria's Secret así que te tienes que conformar con las imitaciones del mercado de las pulgas.

La televisión te muestra como debe ser la vida ideal, en donde te debes gastar un montón de dinero es cosas innecesarias y si no lo puedes hacer eres doblemente pela güevo, la televisión solo se centra en las banalidades, en el físico, la ropa y en lo más importante el dinero, allí viven solo por el dinero, pues si te gastas mucho dinero en tales banalidades, serás respetado y tendrás un estatus social admirable. Además, la realidad de hoy es que mientras más grande sea la TV más feliz es la familia que como mínimo debe pagar la suscripción de Netflix y HBO y si no lo puedes pagar eres en definitiva un pela güevo. Creo que hay muchas más cosas que comentar, pero la verdad ya se me ha pasado el tiempo y se está haciendo tarde, la verdad no pensé que solo pasando canales se me pasaría el tiempo.