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AGUDIZA TUS PODERES DE OBSERVACIÓN. Llegarás más lejos en la vida si te detienes y observas. La atenta observación es el maestro que la vida nos regala desde niños, cuando curiosamente exploramos el mundo que nos rodea; pero también es un músculo que si no se ejercita se atrofia. El ejercicio de la observación es el más útil y la más elemental herramienta para aprender y disfrutar de la vida. Fíjate en la belleza de la naturaleza y en su derredor físico. Ten en cuenta que el ambiente que te rodea la mayor parte del día, influye en ti mucho más de lo que te imaginas.
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HAZ TIEMPO PARA LA GENTE. Observa y trata de entender sus esperanzas y acciones, porque en el fondo son iguales a las tuyas, pero teñidas con el matiz que cada personalidad le imprime. Debemos tomarnos el tiempo para compartir con amigos, reír con sus vivencias y anécdotas. Debemos ser felices cuando compartimos tiempo con nuestros compañeros de labores, a pesar del día a día y la faena, podamos compartir buenos momentos. Debemos hacer tiempo sobre todo, para compartir con nuestra familia y seres queridos, hacer tiempo para un abrazo, una sonrisa y un beso.
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AFRONTA TUS MIEDOS. Descubre la base de tus temores para determinar si son reales o imaginarios. ¿Temes perder tu empleo? Analiza el porqué de ese miedo, si sientes poco interés y te ausentas muy frecuentemente es posible que lo pierdas; pero también ese miedo puede actuar como aviso para modificar tus hábitos laborales o para encontrar intereses que jamás te habías planteado. La única manera de eliminar el miedo es sacarlo para descubrir la raíz y arrancarla.
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TOMA CONCIENCIA DE TUS BENDICIONES Y TUS ÉXITOS. ¿Cómo puedes aspirar más como persona, si no estás consciente y agradecido con que Dios te ha dado? La vida de todos esta plena de bendiciones, pero es necesario hacer un alto y tomarnos el tiempo para apreciarlas. Igualmente, cuando tienes presente los éxitos que has logrado y merecido, acrecientas tu autoestima, la cual es otro ingrediente fundamental para ser feliz.
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Ser feliz es una elección personal, todos tenemos la oportunidad de ser felices y disfrutar sanamente el tiempo que estamos de paso por este mundo. Alcanzar la armonía personal fue, desde el principio de los planteamientos éticos, una premisa indiscutible, único camino para poder conseguir la felicidad humana dentro de los límites en que esta es posible en la vida.