Los seres humanos estudiamos las dimensiones por toda nuestra vida, haciendo investigaciones sobre ellas, que nos acerquen a lo que son realmente, a partir de allí comenzamos a imaginar todas las cosas que nos rodean en tercera dimensión. Llenando cada uno de los lugares mortales de pensamientos ofensivos, en cuanto a lo que creemos y somos, es por eso que cuando desarrollamos una idea en base a la dimensión aumentada, necesitamos comprender un poco más, las reacciones que apuntan a un nuevo comienzo humano, percibiendo la esencia absoluta que engloba todo el raciocinio que arroja nuestra mente, dejando atrás los movimientos que controlan el entorno y provocando nuestro ocaso silencioso.
Para nosotros es fácil, comenzar a desarrollarnos sobre ideas ya planteadas, pero en el instante que comenzamos a razonar sobre lo que vemos, necesitamos un tiempo agregado a la vida, donde busquemos la solución a cada una de las adversidades que se nos presentan. No sabemos el rumbo que tomaremos para imaginar algo más de lo que conocemos, pero si tomamos a la tercera dimensión como nuestra ancla, podremos profundizar un conocimiento que nos daría un poder supremo en el espacio, pudiendo obtener la materia que se encuentra en la galaxia, una materia deseada por todos, pues el mito que gira alrededor de ella es tremendo, haciendo pensar a la humanidad, en un secreto a voces que hace de la vida una simple blasfemia.
Una vez que se tome al futuro con nuestras propias manos, encontraremos la manera de viajar por la tercera dimensión frecuentemente, haciendo que seamos seres normales, moviéndose por la anormalidad. Cuando utilizamos la realidad como arma legitima para combatir la imaginación, estamos obstruyendo lo que realmente deseamos… la evolución mental. Para nosotros es importante poder tener un desarrollo mental progresivo; deberíamos saber el contenido que ronda por nuestro cerebro, donde los nervio se muestran como un experimento de consciencia dentro del subconsciente; aunado a esto, hacemos de cada situación un experimento mortal para nuestra salvación existencial, dejando fluir la autenticidad que ha de vernos partir en un viaje a la nada.
¿Qué sabemos de la imaginación?
No sabemos siquiera una gran parte de ella, ya que es un campo desconocido por todos, donde solo vemos destellos de lo que podría ser realmente. La tercera dimensión se presenta como ese argumento, donde podemos fundamentar toda nuestra creencia, pero más de allí no podemos, somos individuos que observan a la lejanía los conocimientos que nos ha mostrado la tierra, sin poder conocer a plenitud todo lo que podríamos ser o hacer. En algún momento de nuestra vida, pensamos descubrir la razón de la nada, permitiendo un estrecho campo imaginario, que nos detuviera en sus cuevas de sabiduría.
Quizás podemos creer en un mundo lleno de rarezas donde lo único normal sea nuestro razonamiento, pero sin observar una realidad que sugiera un cambio radical en nuestra apariencia. Tenemos que centrarnos en crear una vida imaginaria que sacie nuestra sed de conocimiento y donde dejemos claro al universo entero, cual es la especie que domina por sobre todo el cosmos; algunos están destinados para vivir en dos dimensiones, otros simplemente hacemos caso omiso a lo rutinario y lo complementamos con lo extraordinario de la imaginación anclada a la tercera dimensión.