La instructora, basó su clase en un pasaje que se encuentra en Salmos 78:72
Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón,
Los pastoreó con la pericia de sus manos.
Y mientras se leía, esa idea me invadió y me inspiro a escribir esto para ustedes.
David, era un hombre que en su niñez había sido un pastor de ovejas, si un oso o león se levantaba en contra de su rebaño, con habilidad y fuerza los mataba, si una oveja se lastimaba, él con amor la curaba y trataba, él con un cuidado extraordinario revisaba una por una, cuidándolas y protegiéndolas siempre. Ese es el paso número uno, Cuidar.
El paso número 2 para llegar a la regla del amor es, integridad de corazón. Integridad significa literalmente, una sola pieza. Ser íntegros nos lleva a ser reales, originales, sin malicia en nuestro corazón.
El paso número 3 la pericia de sus manos. Dios nos dotó de habilidades y talentos que, si usamos correctamente, podemos ser de bendición para nuestros prójimos, pero muchas veces, si no tenemos ese cuidado e integridad, jamás podremos decir que les amamos.
Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón,
Los pastoreó con la pericia de sus manos.
Amar, es cuidar integramente la obra de nuestras manos, para ser de bendición a aquellos que nos rodean
De parte de todo el equipo de trabajo, les amamos. Busquemos primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas serán añadidas.
Bendiciones.