Estimados lectores, comparto con ustedes parte de la realidad que vivimos por estos lados, en pleno siglo 21, mientras el mundo avanza a pasos agigantados, aquí vamos en retroceso. Con toda mi tristeza, quiero compartir esta carta de amor que he dedicado a mi hijo mayor en su cumpleaños.
Hijo mío, mañana será la fecha más importante en nuestras vidas, recordaremos el día en que llegaste a este mundo, llenando a todos de alegría y ternura con tu mágica presencia.
Mañana será tu cumpleaños 24. Y me alegra saber que en todos esos años me has llenado de orgullo y felicidad. Sin ningún tipo de vicios. Buen estudiante. Buen amigo, buen hijo…
Esperaba que finalizaras tu carrera universitaria, (ya sólo te queda un semestre), encontraras un buen trabajo y fueras feliz, porque hasta hace varias décadas atrás, uno tenía que estudiar para salir adelante en este país, pero hoy todo ha cambiado.
Con gran sacrificio te levantas cada mañana para ir a estudiar y a trabajar, (obteniendo un sueldo que no paga ni un pan), tras largas horas en una parada de autobús, al fin llega uno y tienes que irte guindando en la puerta, poniendo en riesgo tu vida. Y para regresar a casa es peor, porque acercándose la noche los maleantes salen para hacer su vil trabajo, y si no encuentras vehículos públicos deberás caminar a casa sin otra alternativa.
Qué tristeza tan grande siento, y en lugar de estar alegre, ya no, puedo decir, “estudia para que seas alguien en la vida” sino más bien, “gradúate para que te vayas del país” y al imaginar mi vida lejos de la tuya, las lágrimas comienzan a empujarse atrás de mi ojos.
Hijo de mi corazón, hoy con el pecho apretado te digo, no te traje a este mundo a pasar tanta roncha, yo y tu padre hicimos todo, para que no te faltara nada, y hoy tenemos que ver cómo te faltan las cosas más esenciales.
Hijo amado, yo sé que mi tristeza te duele, y a mí me pesa saber que también te sientes frustrado, pues a pesar de tanta lucha, tanto esfuerzo, no se ven los resultados.
No pierdas la fe, la esperanza, la confianza… resiste pequeño de mi corazón, tú eres mi bastón, cree que llegará un futuro mejor.
Mañana será tu cumpleaños, sin invitados, sin refrescos, gelatinas ni torta, como en los viejos tiempos, en su lugar estaré rezando a Dios, pidiéndole que te bendiga, que te cuide, que sea luz en tu camino, y que en Venezuela ocurra un milagro para que no te tengas que ir.
Amiga me duele mucho pero es la triste realidad pongamos nuestros objetivos en Dios el libro de nuestra vida esta escrito, por algo paso, para algo lo vivimos, los gobiernos pasan los países quedan.
ESTAMOS DE ACUERDO AMIGA, Y ES PRECISAMENTE NUESTRA FE Y CREENCIA EN QUE DIOS EXISTE, LO QUE NOS AYUDA A CONTINUAR LUCHANDO. GRACIAS POR TU COMENTARIO!