En una noche un poco distinta a las demás se encuentra un viejo en el cuarto de un hospital padeciendo una grave enfermedad, su hija lo acompaña esa noche entre las cuatro paredes de la habitación a la luz de los faros que reflejan los carros pasar por el vidrio del ventanal, voltea a mirar y ve dormir a su hija a su lado, haciendo brotar una lagrima que cae lentamente por su mejilla mientras el trata de recordar lo que ha pasado en su vida y sin todavía creer que esta este tan cerca de terminar.
Mientras su conciencia indaga por los pasillos de su mente, va recordando poco a poco ya que su memoria con los años no era la misma, pero esa noche era distinta ya que sentía una paz extraña a pesar de la situación en la que se encontraba; al pasar los minutos y las horas lentamente fue encontrando escenas de su vida, lo que le permitió ver con mas claridad que a lo largo de su camino se le presentaron situaciones, unas buenas otras no tanto. Al ver que su existencia podría acabar en cualquier momento y solo un milagro lo salvaría pudo notar que siempre se le presentaron dos camino; uno fácil y otro difícil, en ese momento llego un recuerdo en especifico pues a la edad de 20 años se le presento una situación donde debía escoger entre dos opciones ya que a su novia había embarazado.
El podía escoger entre abandonarla y seguir sus estudios o continuar con ella y dejarlos para poder trabajar y darle un futuro a su hija, sin mucho pesar escogió el lado difícil que era a temprana edad llevar la responsabilidad de forjar una familia, el sabia que no iba a ser fácil, pero al recordar las palabras de su madre ¨un hombre al entrar en el mundo de ser padre todo cambia ya que su vida deja de pertenecerle, pues esta ya no seria de el sino de su hijo/a porque es una responsabilidad que vas mas haya que cualquier cosa¨, unas vez decidido por ese destino y al saber que no iba a ser tarea sencilla, como todo futuro padre llevo consigo a lo largo de los años toda la carga de una familia sin estar preparado y sin tener experiencia.
A partir de allí a medida que transcurrían los años iba aprendiendo y ganando mucha experiencia en la vida lo cual lo llevo a formar su familia, también recordó todo esos momentos que a pesar de lo difícil que eran, le encontró el lado positivo que siempre fue su hija, porque al verla a su lado en esos malos momentos le hacían dibujar una sonrisa en su rostro, pues el había criado a una mujer con valores y un futuro grande; en ese instante mientras su conciencia seguía paseando por los recuerdos le vino a la mente aquel poema que una vez su hija en la universidad le dedico.
Nací para poeta o para muerto, escogí lo difícil -supervivo de todos los naufragios-, y sigo con mis versos, vivita y coleando. Nací para puta o payaso, escogí lo difícil -hacer reír a los clientes desahuciados-, y sigo con mis trucos, sacando una paloma del refajo. Nací para nada o soldado, y escogí lo difícil -no ser apenas nada en el tablado-, y sigo entre fusiles y pistolas sin mancharme las manos. Por Gloria Fuertes
Con una leve sonrisa y lagrimas que corrían sin cesar se lleno de orgullo, pues a pesar de haber tomado caminos difíciles todo salio bien y había cumplido su misión, sintiendo una paz inmensa tomo lápiz y papel de un cajón que se encontraba a un lado donde plasmo con su puño y letra las siguientes palabras.
Hija debido a mi situación quiero que sepas que a lo largo de esta camino llamado vida se me presentaron adversidades, las cuales fui superando por ti para llegar a este momento de verte hecha una gran mujer... quiero que sepas que estoy orgulloso de ti y todo lo que eres, el día que no este a tu lado quiero que recuerdes que a pesar de lo duro que sea tu camino por ningún motivo te rindas y siempre ten presente que puedes lograr todo lo que te propongas así como yo lo hice… con amor tu padre.
Dejando el escrito en manos de su hija decide ir a dormir; ya en la mañana al despertar la hija de aquel viejo enfermo se da cuenta que no esta su padre, pues lo habian sacado de emergencia mientras ella dormia, en ese instante entra una enfermera que con mucho pesar le dice que su padre había muerto; con lagrimas en los ojos ve en el piso aquella carta que cayo de su mano mientras dormía, al leerla con llanto amargo y voz muy tenue dice; gracias mi viejo.
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