Somos magia, somos dios

Somos magia, no la magia inventada que el mundo se imagina sino la verdadera magia, la real. Somos esa chispa que se niega a morir, que no muere, que deambula por el universo, naciendo una y otra vez.

Hoy somos humanidad, ayer quizá fuimos extraterrestres y antes de eso, otra cosa. No importa en qué crees, ni por porqué, pero por favor no permitas que en aquello que creas te haga decidir contrario a tu sensatez.

Ríe, sueña, conoce, aprende, viaja, ama y por sobre todo lo anterior, vive. No dejes que nadie te ate, ni a tu ser ni a tu mente. No permitas que te pisen, ni tu entorno ni aquello que crees superior. No hay nadie superior a ti, pero tampoco nadie menos que tú.

Aprende a soñar leyendo, aprende a vivir amando. No temas a la muerte, no mueres, todos somos uno, todos somos dios.

Construye tu ser, tu esencia. Sé único realmente y aporta tu magia al todo.

No dañes a tus semejantes, ni con tus actos ni con tus palabras. Quien te daña no entiende de la vida. No te digo que perdones a quien te daña, no es necesario, ¿Acaso cuando la espina de una rosa te hiere vives odiando a esa rosa o peor aún, a todas? No importa si es tu culpa o de tu semejante, solo sigue, si te perjudica te apartas, pero no odies.

Si un ser amado se te va, llora, pero no olvides que nadie se va realmente. La chispa de la humanidad perdurará por siempre, aún cuando está humanidad que conocemos perezca, aún permanecerá ese algo, esa chispa de magia, y de una u otra manera conquistará otro mundo, otro universo y allí nuevamente comenzaremos.

Quizá en otro tiempo fuimos mejores de lo que ahora somos. Me gusta pensar así. Quizá en otro momento fuimos todos más felices y porque no, más reales.

Me da tristeza ver al hombre dañando al hombre, ya sea por religión o poder. Da igual si crees en Dios, Jesús, Ala, Mitra, Buda, no importa en quien crees, ninguno existe más allá de tu mente, y ese no es problema porque puedes y tienes el derecho de adorar a tu sombra si es tu deseo, pero por favor no dejes que tus creencias afecten a los demás. Haz en lugar de orar, créeme que si tu deseo es ayudar, tu manos lograrán más que oraciones que nadie escucha.

La biblia es solo un libro más, igual el Corán, que la Ilíada o El Quijote. No hay diferencia. Jamás pongas un libro como dueño de la verdad absoluta. No pertenezcas al grupo de los ignorantes, al rebaño de los avanzan sin ver.

No hay diablo que te dañe, ni Dios que te bendiga. No hay cielo después la muerte, ni infierno tras el pecado. ¡Qué gusto tiene la gente por la irrealidad! Razona, sé objetivo y no pierdas tu norte.

No hay maleficios que te afecten ni amuletos que te protegen, no seas parte de los ignorantes que creen en lo que no existe. Qué no te distraigan las mentiras, porque muchos han caído por descuido en la pérdida de tiempo de los necios.

No caigas en las pseudociencias, que hay miles, y todo es mentira. Ni la homeopatía cura ni la iridiología es verdadera, hay tantas mentiras en el mundo que debes estar siempre con los ojos abiertos. ¡Hasta el más vivo ha caído en las trampas del horóscopo! No hay astros que designen tu vida. No hay destino ni tampoco propósito en tu vida, ni en la de nadie. Eres lo que quieras ser, y vives por lo que tú quieras vivir.

Aprende a ser realmente dueño de tu vida, y no vivas la vida de otros.

Cultiva tu mente, cuida tu cuerpo.

Ni ser bueno te da bondades, ni hacer maldad se te devuelve en tragedias. No hay karma ni dioses ni fantasmas. Solo somos y nada más. Tu decides si obrar bien o mal, pero recuerda que no hay mejor almohada que la conciencia tranquila.

No llores por traiciones. Nadie te pertenece, ni tus amistades, ni tu pareja, ni aún tus hijos te pertenecen. Eres y siempre serás solo una parte de un todo, ellos también. Ama, llora, ríe, abraza y aprende a dejar ir.

Aprende a decir “lo siento” y a asumir tus errores. Solo de esa manera puedes aprender de tus errores y crecer. Somos producto de millones de años de evolución y aún hoy continuamos cambiando. Cambiemos para mejor.

Conoce gente nueva y aprende de sus costumbres. Se aprende mucho de las personas. No he conocido la primera persona de la cual no haya aprendido algo nuevo, la humanidad siempre me deja sorprendido.

Pruebas nuevas comidas, y si tienes la posiblidad, viaja, viaja mucho.

No seas celoso. No existen los celos cuando aprendes a vivir. Eres solo una mota de polvo en el universo y aún así ¿ves una traición como algo importante? Ya deja de molestarte por nimiedades sin importancia.

Duerme lo suficiente para soñar, pero no tanto como lo hace el holgazán. De nada te servirá coleccionar sueños, ¡Cúmplelos!

Trata en lo posible de no mentir, pero aún si lo haces, no hagas de tus problemas tragedias insalvables.

Camina siempre con la cabeza en alto y aprende a sostener tus verdades en la base de la lógica y la razón. No dudes en decir sin miedo “usted está equivocado” a quien creas que lo está, sea quien sea. Quizá quien yerra eres tú, pero siempre defiende lo que para ti es correcto.

Cuestiona todo. Siempre cuestiona todo y mucho más a la autoridad. Solo así podemos acercarnos a la verdad, a la objetividad.

Cambia para mejor. En algún momento existirán personas que te harán dudar de tus preceptos, de tus ideales. Investiga, argulle, y si descubres nuevas verdades, cambia. Solo se cambia para mejor.

Aprende a decidir. Muchas veces tendrás diversas elecciones, diversos caminos por los cuales decidirte. Piensa bien y elige, nunca dejes de elegir, ni por miedo o por premura. Quizá los primeros intentos no te resulten satisfactorios, pero solo puedes mejorar tus capacidades de toma de decisiones, eligiendo.

Elige a tus compañeros de vida, hombres, mujeres, amigos, familiares, elígelos y quizá corras con el privilegio de ser tu también la elección de ellos. La vida se disfruta más, rodeado de tus elecciones.

Recuerda que la verdadera felicidad es la suma de pequeños momentos felices. No existe una felicidad absoluta, completa. Debes aprender a ser feliz y disfrutar plenamente cada bello momento, porque pasan sumamente rápido, son efímeros. El secreto está saber cuándo somos felices. Me entristecen las personas que no pudieron darse cuenta que fueron felices y no lo notaron. La felicidad es una desición.

Trabaja por tu bienestar sin descuidar tu salud, pero aún sino no hicieras, eso no te hará menos humano, menos dios, sino únicamente menos duradero.

Diviértete, descansa y date tus gustos sin llegar a la ociosidad. No te acostumbres nunca a nada. Evita la monotonía.

No dejes de hacer nada cohersionado por algo. Eres libre, no un esclavo.

Lee buenos libros, escucha buena música y coge como conejo, porque no sabes qué tan corta será tu vida. Sé feliz y haz feliz a otros.

Regala detalles a quien puedas, que no hay mayor satisfacción que la de la bondad.

Sé humilde sin llegar a la hipocresía. Sé verdadero sin alejarte demasiado del mundo. Aléjate de los problemas y huye sin titubear de la violencia.

Cuando estés iracundo cállate, y no hagas nada. La ira pasará y luego podrás pensar sensatamente y en frío, el motivo de tu enojo.

Enseña todo cuando sabes, a todos cuantos puedas. Es casi una obligación de la humanidad. Habrá quien te escuché y también quien te ignore, el conocimiento es un privilegio que no todos quieren poseer.

Respeta a todos por igual. Nadie es menos que nadie. No discrimines por ninguna causa. Todos tenemos la misma piel, la de la existencia. Todos tenemos el mismo lenguaje, la razón. Todos amamos de la misma manera, con decisión. Todos tenemos el mismo valor, todos somos dios.

En cientos o miles de años cuando está humanidad que conocemos ya no exista, o luego de millones de años cuando el sol se apague, algo nuestro seguirá explorando el universo o los universos en caso de haberlos, sembrando la semilla nuevamente, resurgiendo. Somos enternos. Somos dios.

Qué más valiosos que nosotros, que somos polvo de estrellas.

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