Muchos no saben que el universo se guía por leyes al igual que la física. Todas las cosas son energías tangibles e intangibles, que se manifiestan en el plano físico, pero antes lo hacen en el plano espiritual. Una de las leyes que guían nuestro destino en este planeta es la ley del dar y recibir; esta consiste en que, así como damos recibiremos, ya que esto es como un imán, todo lo que se va debe regresar. Si damos buenos deseos y bendiciones, recibiremos bendiciones y buenos deseos, lo cual a su vez engendrarán resultados que se manifestarán en el plano físico, en la obtención de circunstancias agradables o beneficiosas, mientras cuando nosotros por el contrario damos maldiciones y malos augurios recibiremos lo mismo, por ello debemos entender para llevar una vida afortunada, que debemos cuidar nuestros pensamientos y acciones, ya que ellas serán la semilla que comeremos mañana. Para recibir del universo debemos darle a él, a través de nuestros semejantes. Por eso Jesús decía que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos, ya que así podremos llevar una vida llena de éxitos. El que da alimento nunca padecerá hambre; el que da abrigo nunca padecerá frío. Por eso te aconsejo siempre utilizar esta ley a tu favor. Siempre debes estar dispuesto a dar a los demás, lo que quieres recibir. Trátalos como quieres que te traten; deséale lo que quieres recibir; dale lo que deseas que te den.
En la biblia, Jesús, hablaba sobre el don del dar y decía lo siguiente: que no debíamos dar lo que nos sobrara, sino aquello que teníamos y puso el ejemplo de la viuda que en la iglesia a la hora de dar la limosna sólo había dado una moneda, mientras todos hablaban que cómo era posible que diera tan poco, él les dijo: “ella ha dado lo único que tiene, quedándose sin nada; mientras todos ustedes han dado lo que les sobraba, por eso Dios, ha visto este gesto”. “A decidido darle todo a ella”. Así, este recogió la limosna y se la dio a la viuda. Él sólo explicaba cómo funcionaba el universo. Si quieres recibir debes comenzar a dar. Por eso es tan destructivo para el ser, el pecado de la avaricia.
Desde ahora si quieres llevar una vida llena de éxito debes comenzar con entender y practicar el don del dar
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