El experimento de la carcel de Stanford - ¿Experimento social o tortura psicológica?

in #spanish6 years ago (edited)

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A lo largo de la historia de la psicología, la cual podemos remontar desde 1879 con los inicios de la psicología experimental. Muchos han sido los trabajos de investigación y Tesis que han sido puestas a prueba mediante experimentos sociales que han servido para determinar o entender gran cantidad de incógnitas relacionadas al comportamiento humano, a las variables que lo afectan y a la efectividad de ciertas terapias y técnicas para tratar algo tan delicado como la psique humana; pues la salud es divide en 3 pilares fundamentales: El cuerpo, el medio que lo rodea y por supuesto, la mente. Pero no siempre estos experimentos han sido llevados acabo bajo las condiciones adecuadas que exige el método científico para dar una conclusión aceptable a aquello que se está estudiando. En ciertas ocasiones incluso no cumplen con las condiciones éticas necesarias para asegurar el bienestar de los sujetos que participan en ellos, dejando como resultado más problemas que respuestas, ese es el caso del experimento de la cárcel de Stanford. En este día les contare en palabras propias un poco del experimento, como fue llevado acabo, cual fue la principal razón por la que se hizo, que se esperaba encontrar y cuáles fueron las conclusiones a las que llegaron tanto su encargado Philip Zimbardo, como también la sociedad y demás expertos en psicología que estudiaron los resultados y mis pensamientos finales acerca del mismo.

El experimento. ¿Dónde y cómo comenzó?




Fue llevado a cabo en el sótano del departamento de psicología de la universidad de Stanford ubicada en Palo Alto, California. Se realizó a mediados de 1971 y comenzó como la mayoría de experimentos sociales eran llevados a cabo en aquellos tiempos. Con un anuncio publicitario en el periódico buscando voluntarios a los que se pagarían 15 dólares por día, lo cual serian el equivalente a unos $54.62 a la fecha actual. De los voluntarios que se presentaron para el estudio, solo se eligieron 24 participantes basándose en aquellos que tenían una mejor salud mental y estaban más calificados para someterse al mismo

¿Por qué hacerlo y en qué consistió?



El experimento tenía como finalidad comprender cuál era el efecto psicológico del cautiverio en condiciones extremas y de comprender como las personas podían adaptarse a los roles sociales de prisionero y guardia. Fue financiado por el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y quería explorarse la hipótesis de que tanto guardias como prisioneros se autoseleccionaban en dichos roles y que debido a esto, se podía ver tantos abusos en las cárceles.

Consistía en tomar a los 24 candidatos y dividirlos en 2 grupos de 12. Un grupo de guardias y otro grupo de prisioneros, no había ningún perfil específico para cada uno, se lanzó una moneda por cada participante y dependiendo del resultado se le daría el rol. Zimbardo participaría en el experimento también como "súper intendente" de la prisión, junto con otro investigador que sería el "alcalde". Zimbardo les explicó a los guardias que trabajarían por turnos, en sus horas libres un grupo iría a casa mientras el otro estaría en la prisión, los prisioneros por supuesto no podrían abandonar sus celdas ni el sótano durante el experimento hasta que este finalizara a los 14 días de iniciado. A los guardias se le dieron porras y uniforme militar para replicar la figura de autoridad, mientras que a los prisioneros solo pidan vestir batas blancas sin calzoncillos y sandalias con tacones de goma para forzar su postura habitual debido a la incomodidad. También se les designaría por números en lugar de nombres para despersonalizarlos y desindividualizarlos y llevarían una cadena alrededor de los tobillos como recordatorio constante de su posición de "prisionero".

Zimbardo les dio solo una regla a los guardias. No ejercer violencia física contra los prisioneros. A parte de eso, ellos deberían llevar la prisión como mejor les pareciese.

A los prisioneros se les dio un trato más "especial". Zimbardo en colaboración con el departamento de policía de Palo Alto, hizo que patrullas llegaran a la casa de los 12 prisioneros y se les arrestara bajo el cargo de "robo a mano armada", a ellos se les tomaron las huellas y se les tomaron las fotos para la ficha policiaca al igual que a un criminal real.

La salida de control y la finalización del experimento.



Como era de esperarse, la falta de pautas y normas necesarias para el experimento así como también el no tomar en cuenta el efecto psicológico de hacerlo con civiles, todos estudiantes jóvenes de la universidad, conllevó a la aparición de una serie de trastornos en los prisioneros. Estos al segundo día comenzaron un "motín" en la prisión que terminó la utilización de extintores contra los mismos por parte de los guardias. Recordemos que los químicos que existen en los extintores tienen como función sofocar llamas, no controlar disturbios. Esto lo hicieron sin la supervisión de los investigadores. Anexado a eso, los guardias como castigo se encargaron de separar a los prisioneros en confinamiento solitario, a medida de que pasaban los días se imponían con más autoridad sobre ellos, llevando a interiorizar su rol de guardias, y al tener el apoyo y la supervisión de Zimbardo, utilizar métodos más crueles sin pensar en las consecuencias, como mantener desnudos a los prisioneros, negarles la comida, negarles el higiene personal y el uso del baño, dividir a los prisioneros entre "buenos y malos", humillarlos en los pases matutinos con palabras obscenas y lenguaje soez. Siempre mantuvieron la norma de no agresión física sobre los prisioneros, pero las cicatrices mentales son más profundas y tardan más en sanar que cualquier golpe o tortura física.


Los prisioneros también interiorizaron demasiado su papel, al punto de no volver a intentar más motines colectivos, de temer a las represalias de cualquier acción, muchos no miraban a los ojos a los guardias por temor a que estos los siguieran humillando. Fue tanto el terror psicológico que ellos presentaban que Zimbardo les ofreció la "libertad condicional" a los sujetos del experimento a cambio de abandonar la paga del mismo. Todos los sujetos aceptaron, pero Zimbardo luego les dijo que su libertad condicional había sido "revocada" y los prisioneros optaron por quedarse y seguir encerrados en lugar de abandonar la cárcel. Recordemos que esto era un experimento y cualquiera podía retirarse cuando lo quisiese, y el hecho de que pensaran que su libertad dependía de Zimbardo como "súper intendente" quería decir que ellos mismos ya se veían como verdaderos prisioneros.


Además de esto, los prisioneros presentaban señales de pensamiento desorganizado, llanto constante, desequilibrio emocional agudo, algunos sufrieron traumas tan fuertes que fueron reemplazados, mientras que los guardias empezaban a demostrar comportamientos "sadistas" más frecuentes.


El experimento fue cancelado por Zimbardo a los 6 días de haber comenzado luego de que se le cuestionaran las condiciones de la prisión parte de Christina Maslach, quien había ido a la misma para realizar una serie de entrevistas.

¿Fue de utilidad?



Luego de haber concluido el experimento, muchos expertos y colegas de Zimbardo cuestionaron no solo la ética del mismo, sino también los métodos científicos (o la falta de ellos) utilizados para llevarlos a cabo, pues pensaban que los resultados no eran confiables ni determinantes para demostrar la actitud de las personas en cautiverio y de aquellos que los mantienen en el mismo, pues las actitudes podían fácilmente ser copiadas o establecidas a partir de estereotipos o elementos externos, y la participación de Zimbardo en el mismo como súper intendente le quitaba objetividad a los resultados, los cuales ya carecían de la misma al basarse la mayoría en testimonios de los participantes, los cuales podían ser subjetivos y poco concluyentes.

Algunos comparan este experimento con el de Milgram al enfocarse en como al resguardo de una figura de autoridad o de legitimidad, una persona puede romper los límites de lo ético y lo moral para justificar sus acciones como en el caso de los sujetos que participaron como guardias. La verdad es que al final el experimento no fue llevado a cabo como debería haber sido y que posteriores réplicas mostraban resultados muy distintos, algunos podrán pensar que tal vez este experimento es un reflejo de la obscuridad a la que puede llegar un ser humano si se le da poder sobre otra persona, pero en lo personal yo pienso que esos estudiantes sufrieron traumas psicológicos en vano, pues al final de lo único que podemos estar seguros, es de que esta fue una página obscura más para la investigación psicológica.



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Gracias por su atención

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