Totalmente cierto, siempre me ha gustado este relato, porque es la realidad. Es muy fácil repartir lo ajeno, pero las cosas cambian cuando es lo tuyo lo que se debe repartir, lo que tanto luchaste por conseguir con la simple finalidad de dárselo a alguien que o no lo merece o simplemente no hizo ni la mitad de lo que hiciste tu para conseguirlo.
Buen post y saludos.