Hace años cuando acompañaba a mi papa para llevar a mi hermana a otro estado de nuestro país (Maracay), en la noche de regreso a la casa por la autopista en medio de una muy fuerte lluvia vimos una camioneta camioneta de esas que a pesar de ser un modelo viejo, es decir, producida en los años de 1970 eran muy confiables a la hora de hacer un trabajo pesado y al verla accidentada con todas las luces apagadas y sin su dueño cerca nos llamo la atención, mi papa y yo pensamos que le había pasado algo malo a la persona que estaba manejando pero recordamos haber visto la tapa de la gasolina de la camioneta abierta lo que significa que el problema era solo falta de combustible, muy pronto nos dimos cuenta de la presencia de un hombre en la hierba fuera de la autopista de aproximadamente de 46 años de edad, estatura mediana y lo mas llamativo era la garrafa de gasolina de color rojo intenso que tenia en sus manos lo que ocasiono que nos detuviéramos y llevarlo a la estación de servicio mas cercana, en el camino el señor todo mojado nos dijo:
-Muchas gracias, me quede sin gasolina y llevaba casi una hora pidiendo ayuda a las personas que pasaban en sus carros pero nadie se detuvo así que me propuse caminar hasta la estación de servicio, los carros a pesar que estaba en la orilla de la autopista me pasaban demasiado cerca así que tuve que caminar por el monte, en verdad gracias ya llevaba casi media hora caminando.
Cuando el señor consiguió gasolina y lleno el tanque de su carro luego de que lo lleváramos en donde estaba su camioneta el señor muy agradecido nos dijo:
-Lamento no poder pagarles el favor, en verdad gracias, que Dios se lo pague a usted y a su hijo.
Ese día el viaje se hizo muy corto por ese señor al que conocimos ese día, tiempo después se le había dañado el radiador de la camioneta a mi papa y no conseguíamos el dinero ni el electrodo que se necesitaba para repararlo, mi papa busco en donde conseguirlo hasta que un día escucho de una casa en donde siempre tenían chatarra de todo tipo ya que con esas piezas al soldarla se podían volver a utilizar, en el momento que mi papa llama la puerta de esa casa sale el señor de aquella vez, impresionado este le pregunta ¿que haces por aquí?, al enterarse de lo que buscábamos se metió a la casa y salio no solo con los electrodos sino con su propia maquina de soldar con la que estaba trabajando y nos dijo:
-Tómala y no te preocupes en devolvérmela hoy, úsala hasta que no te haga falta, a mi no se me olvida que usted fue la única persona que se detuvo a ayudarme ese día.
Eso paso ya hace años, yo solo pude verlo y hablar con el esa noche lluviosa mientras buscábamos gasolina, mi papa en cambio si hablo con el mas de una vez pero hoy en día no sabemos a donde se mudo.
La vida nos da lecciones todos los días y la oportunidad de ser mejores, ese día me dio una lección muy importante "la humildad", te invito a que conozcas una persona nueva al menos cada tres semanas, te impresionaras la lección que te prepara la vida, vamos a darle...