Por más de un año he tenido que despedirme de las personas que amo (amigos, familia, relaciones), hasta el punto en que me siento en la mesa y no están los que estaban antes a la hora de la cena. Estoy sola porque todos ellos han tenido que huir de un país que te corta las alas, te roba los sueños, te hace crecer 10 años más de los que tienes.
Dime, ¿cómo puedo ser feliz sin las personas más importantes de mi vida? No hay días en que no los extrañe. Tampoco hay días en los que no odie al país que me los quitó para que puedan tener un futuro.
Y no soy la única que sufre ante tal partida. Ellos tuvieron que dejar a los que aman, sus casas para vivir en una pequeña habitación o en la casa de alguien más, la carrera de sus sueños o el mejor trabajo para conseguir un empleo en cualquier sitio, algo muy distinto a lo que se dedicaban en su país. Esto es lo peor.
Si tienes la suerte de estar cerca de los que quieres, aprécialo. Porque hoy en día hay millones de emigrantes de todo el mundo que han tenido que despedirse de sus vidas para crear uno nuevo en un país estable.