El Carnet de la Patria es un instrumento de identidad (?) anunciado por el gobierno de Nicolás Maduro en diciembre del 2016, pero implementado desde enero del 2017. Realmente no sé cómo definirlo, porque no es realmente un documento de identidad. Los carnets que conozco tienen un sentido más claro; es decir, el de la universidad, para acceder a los servicios de la universidad; el del supermercado, para obtener puntos y promociones en el supermercado; el del trabajo, para ingresar al lugar y hasta marcar la asistencia. Todos tienen un uso muy claro, pero en el caso del Carnet de la Patria lo quieren hacer ver como una segunda cédula de identidad, con la cual ya tenemos acceso a todos los servicios y trámites que requerimos.

Este instrumento es bastante tecnológico, ya que contiene impreso un código QR, con el cual puedes acceder al portal habilitado para su uso, además de registrarte para recibir dinero como “obsequio” del gobierno, en las fechas importantes de nuestras efemérides. También recibes dinero si estás embarazada, si tienes alguna discapacidad, si eres madre jefa del hogar, entre otros. El portal cuenta con un monedero en el que puedes guardar tu dinero, transferirlo a un familiar o retirarlo a tu cuenta bancaria. Adicionalmente, puedes afiliar a tus familiares, entonces ya podrán saber quien es hijo de quien, quien vive con quien, dónde trabajan, cuanto ganan, qué carro tienen (si tienen), si reciben la bolsa del CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción), las redes sociales que usas, y otros datos personales.

La pregunta que me hago cada vez que alguien me dice que me lo saque: ¿Es necesario? ¿Por qué obligar a las personas a registrarse en algo que no quieren? Independientemente de las razones que sean, cada quien es libre de sacarlo o no (por ahora). Yo pienso que las cosas que nos pasan son muchas veces porque permitimos que nos pasen. Una simple tarjeta con un código se está convirtiendo en un mecanismo de manipulación. He visto cómo amenazan a personas con no venderles la bolsa de comida si no tienen el carnet; personas amenazadas con perder su trabajo si no se sacan el carnet; personas enfermas que la única forma que tienen de conseguir el medicamento, es teniendo el carnet ¿A dónde nos lleva esto? ¿Por qué nos dejamos, y de paso, somos cómplices, empujando a otros a la validación de un mecanismo que claramente fue creado para controlarnos el acceso a lo que necesitamos (según su página oficial)?

Yo no sé qué piensen ustedes, me gustaría que comentaran, así apoyen o no la medida, no soy quien para juzgarles. De mi parte, no lo veo tan necesario, aunque me he perdido los bonos que han salido. Ese dinero se puede usar para comer algo, al menos, pero eso no resuelve el problema real del poder adquisitivo, del acceso a los alimentos, productos y servicios. Es como barrer y esconder la basura debajo de la cama. Seguirá allí el problema, solo que afectando de forma silenciosa.