Mientras cae la noche sobre la tierra, los niños de Dios sienten el helado toque de la muerte mientras avanza lentamente por el pueblo. Cada uno sostiene su juguete o manta favorita deseando que eso los mantenga a salvo. Cada niño escucha los gritos de los muertos mientras siguen a su oscuro maestro.
Toda la noche se escuchan los sonidos de los niños llorando, de las madres gritando y de los padres rogando por la vida de su hijo o hija. Cuando finalmente llega el amanecer, después de la trágica noche, los niños salen sigilosamente de sus casas para encontrar a muchos de sus amigos, parientes, vecinos y enemigos yaciendo muertos en el lugar donde se encontraban la noche anterior. Mientras oyen la voz de la Muerte susurrándoles: "Tú seras quien siga", ellos gritan de miedo y dolor ante la opresiva presencia de la Muerte que llena de frío y terror sus corazones. Sus padres, aquellos que permanecen fuera de su esquelético alcance, reúnen a sus hijos y los llevan adentro, intentando permanecer ocultos hasta el próximo amanecer, cuando salen a ver a quien se ha llevado la Muerte esa noche.
Cuando el sol desciende detrás de la colina, pueden escuchar la risa de la Muerte, porque saben que esta tomará más de lo que se llevo la noche anterior. Cuando cae la noche, se escuchan perros ladrando y gatos maullando. De repente, el frío que sintieron la noche anterior regresa y recorre sus almas con sus sombríos dedos. Cuando la Muerte despierta lentamente de su sueño, un grito de terror escapa de los labios de un niño, que al levantarse de su propia cama se la encuentra cara a cara. Él mira a la Muerte con terror y desesperación en sus ojos, hasta que una esquelética mano lo alcanza y apaga la luz del pequeño niño, para que este nunca más pueda volver a ver la belleza del amanecer.
El padre del niño escuchó el grito y corrió a la habitación para encontrar a su único hijo muerto, y la Muerte de pie riéndose de él.
"Puedes quitarme la vida, ¡pero mi alma le pertenece a Dios!" el hombre le grita a la entidad vestida de negro que se encuentra frente a él.
Con una voz tan fría como una noche de invierno, la Muerte responde: "¿Cómo sabes que no sigo los designios de aquel de quien hablas? ¿Quién es el que juzga cuando una vida debe terminar? Yo solo sigo órdenes superiores. Tu alma es mía." Mientras dice esto, la Muerte extiende su mano y toma la luz del hombre, sacándola de su cuerpo. El hombre observa horrorizado cómo la Muerte apaga la luz y este cae al suelo sin ninguna señal de vida. Mientras viaja de casa en casa, la Muerte piensa brevemente en lo que el hombre dijo, pero no le presta más atención cuando el amanecer se eleva sobre el lago. Esta se desliza fuera de la luz y se hunde debajo de la tierra para descansar durante el día.
Cuando los niños salen de sus casas, ven que casi todos los demás pequeños están muertos, al igual que muchos de los adultos. Cada niño corre en búsqueda de sus padres, pero no pueden encontrarlos. Cuando llega el mediodía, se dan cuenta de que los únicos adultos que quedan son los ancianos que viven juntos al final del pueblo.
Allí los niños corren a encontrar consuelo, hasta que cae la noche otra vez, y una por una, las vidas restantes se apagan.
Muy bueno tu relato, oscuro, da miedito, me gusta. El equipo Cervantes apoyando a la comunidad.
Excelente relato! mi recomendación es que intercambies con mas imágenes para "descansar" a los lectores cuando el texto es extenso... pero genial la narrativa y todo este trabajo creativo.. Felicitaciones!!!
Gracias por el apoyo y las sugerencias.
Intentare ir mejorando en cuanto a aspectos de maquetación y uso de imágenes.
Wow... Realmente es toda una sorpresa para mi saber que el relato fue tan bien recibido.
Lamentablemente tu relato me recordo a esa cantidad de niños venezolanos que duerme sin haber comido durante el dia
Mmm... No lo habia pensado de esa manera, pero si, es lamentable.
Excelente relato, gran narrativa y muy buena inventiva. Sigue así.