Su respuesta en ese instante aun la tengo grabada en mi memoria, ella con esa mirada de dulzura dio su respuesta, diciendo esas son montañas, la que cada día nos brindan una armonía para llenarnos de tranquilidad y paz, además cautivan al universo entero, permitiendo que los ojos del sol estén sobre ellas cada día.
Como todo niño me intereso conocer más de ese hecho, por eso le pregunte como era que las montañas hacían su armonía. Su respuesta fue que a través del roció que nacía día a día con el sol las montañas lanzaban su esplendor… cada día al borrarse las estrellas y llegar la claridad, acompañada de una sutil humedad. Se puede observar un velo transparente de dulzura, como polvo frio de estrellas. Quede sorprendido con aquella respuesta, cada vez que pasaba por aquel trayecto mi deseo era el ingresar a esas montañas a escuchar y ver todo lo que mi madre me había descrito.
Ahora como joven, observó el impacto de sus relatos en mi vida, cada vez que escucho el viento en mis viajes recuerdo sus experiencias, que me invitan a naufragar en ellas. La verdad las historias cautivan el ser de cada niño invitando a la imaginación para crear y experimentar la existencia de la vida humana.
@Dakamu ha entregado su vida entera.