Agitas la respiración
palpo el ritmo inaugural
me lanzo al recorrido de tu cuerpo
Labios hinchados, percibe mi lengua
al adentrarse, incontrolable
colmas la sed del desenfreno
entre tus piernas, en pausa
Sabernos,
tu aroma, ¿así sabes?
sí, sabes así, brillan tus ojos
Explosión
mis dedos humedecidos
satisfecho del calor chorreante
Mírame caer sobre tu pecho
sobre el suave roce de tus senos
rendido
penetro
expedito
al compás del oleaje
Cuerpos a velocidad luz
desvanecen la habitación
suspendido de tu estrella
epílogo: gemido de paz
Lloras y entregas el amor
rojo ameno de tu alma
como una bendición del cielo
o un reposo del infierno.