Trucos ahorrativos y saludables para cocinar

in #spanish7 years ago

La comida que llevamos a nuestra mesa tiene mucho que ver con nuestra salud. Nuestra manera de cocinar y el tipo de alimentos que cocinamos están muy relacionados con el bienestar que experimentamos. Una dieta saludable y una cantidad moderada de ejercicio físico son nuestros mejores aliados para tener un cuerpo sano, una mente clara y evitar gran parte de las enfermedades. Tan solo tenemos que olvidarnos de los alimentos procesados y apostar por un tipo de alimentación más natural. También es importante conocer algunos trucos que nos ayudarán a ahorrar dinero y hacer un tipo de cocina más saludable.

El peligro de los productos procesados

Son muchas las personas que creen que cocinar es recalentar algo que han comprado en el supermercado o abrir un envase y poner lo que lleva en su interior en el microondas. Este tipo de alimentación, mantenida a lo largo del tiempo, solo nos traerá enfermedad y sobrepeso. Los alimentos procesados deberían de dejarse para ocasiones muy puntuales. Normalmente, este tipo de productos llevan muchos ingredientes perjudiciales como conservantes, colorantes, grasas, potenciadores de sabor y azúcar.
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Fuente: PIxabay / 27707

Cocinar tu propia comida es la mejor opción

Si eres de las personas que se han cansado de llevar una dieta anti salud, ha llegado el momento de que te metas en la cocina y comiences a hacer tus propios y saludables platos. En un principio puede parecer que esto te va a dar más trabajo pero no es así. Con un poco de organización, constancia y los trucos que vamos a enseñarte, en poco tiempo aprenderás a llevar a tu mesa platos verdaderamente saludables.

Cuando cocinamos nuestra propia comida somos nosotros los que decidimos y elegimos los ingredientes que queremos poner. Haciéndolo de esta manera, es imposible que elijamos grasas que sepamos que no son buenas, o que pongamos más azúcar o sal de lo que es recomendable. De esta forma somos nosotros los que llevamos el control de nuestra salud ya que somos lo que comemos. Cocinar pude ser un pequeño acto de amor para nosotros mismos y para las personas que conviven con nosotros.

Apostemos por alimentos locales y de temporada

Si queremos que nuestro organismo se defienda de aquello que le rodea y le perjudica es muy importante que “nos comamos nuestro entorno”. De esta manera nuestro cuerpo estará preparado para responder a aquello que está a nuestro alrededor.

Además de esto cuando consumimos alimentos locales colaboramos con la reducción de gases contaminanantes, generamos empleo local y nos aseguramos de que el alimento es fresco y seguro. Si además tomamos alimentos de temporada también ahorraremos dinero y lo consumiremos en su mejor momento en cuanto a sabor y nutrientes.

Olvida los fritos o empanados

Cuando freímos alimentos o los empanamos hacemos que aumente su valor calórico muchísimo. Además de esto, la digestión se ralentiza y sometemos al cuerpo a un gran esfuerzo digestivo. La mejor manera de cocinar los alimentos es hervidos al vapor y, en algunos casos, asados o salteados. Los fritos, sobre todo si se trata de almidones, generan una sustancia llamada acrilamida que está relacionada con muchas enfermedades.
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Fuente: Pixabay / ImagesBG

Reduce los tiempos de cocción de las verduras

Para mantener el sabor y los nutrientes de las verduras es muy importante no cocerlas durante demasiado tiempo. Cuánto más color tengan más nutrientes conservan.

Los alimentos a la plancha

Para hacer cualquier alimento a la plancha es mejor no poner el aceite en la sartén. Si ponemos el aceite en un plato y untamos el alimento antes de ponerlo en el fuego, solo utilizaremos el aceite que el producto absorba.

Utiliza más legumbres y cereales

Las legumbres son una excelente alternativa a los productos de origen animal. Son muy ricas en proteína vegetal. Cuando las combinamos con cereales obtenemos una proteína de muy buena calidad. Además de esto, los cereales, siempre que sean integrales, aportan energía, vitaminas y minerales. Ambos productos tienen bajo precio y al consumirlos evitamos el sufrimiento animal

No tires aquello que puedas comerte

Una buena manera de que los ingredientes cundan más es no desperdiciar ninguna de sus partes. Además de incrementar sus propiedades nutritivas también ahorraremos dinero. Por ejemplo, podemos cocer las patatas con piel ya que de esta manera no pierden tantos nutrientes. Así mismo, no hace falta que retiremos la piel de los calabacines ni las pencas de las acelgas. Las hojas de las zanahorias y remolachas son deliciosas en ensaladas o estofados y están llenas de vitaminas. No deberíamos considerar desechos cosas que pueden ser alimentos muy sanos.
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Comer sano es más barato

Muchas personas creen que la comida sana y, sobre todo la de origen ecológico, es más cara. Todo depende de como se mire. Es cierto que si compramos productos de origen ecológico tendremos que pagar un poco más cuando los adquirimos. Sin embargo, si a la vez que aumentamos el consumo de estos productos reducimos la compra de alimentos de origen animal al final ahorraremos dinero. Si a esto le sumamos el ahorro que tendremos a la larga en facturas médicas, dietistas y ropas de tallas extra grandes, al final comer sano sale muy barato.

Cocina un para de veces a la semana y congela

¿Sabías que el hecho de comer dos veces a la semana en restaurantes de comida rápida aumenta en un 56% el riesgo de padecer patologías cardiovasculares? Sabiendo esto, seguro que te cuesta menos trabajo un par de veces por semana cocinar y congelar. De esta manera, siempre tendrás algo en casa en los momentos en los que optarías por tomar comida rápida debido a las prisas. Una comida sencilla siempre será una mejor opción que las comidas que nos ofrecen estos establecimientos llenas de grasa y azúcares.

Comida sana versus comida rápida

Una alimentación saludable casi siempre tiene mucho que ver con la sencillez. No hace falta pasar horas en la cocina ni gastar gran cantidad de dinero para comer de manera sana. Los platos sencillos y naturales nos llenarán de energía y su coste siempre será mínimo. Si poco a poco, nos olvidamos de los alimentos procesados, nuestra salud nos lo agradecerá y, también nuestro bolsillo.