Todos alguna vez hemos sentidos sensaciones de temor, algunos a la soledad, otros al fracaso o quizás a la muerte, ante esta emoción dejamos que cobre fuerza y nos domine, en algunos casos nos lleva a tomar malas decisiones e inclusive nos envuelve a tal punto que nos limita a realizar lo que quizás pensemos que podemos lograr.
¿Qué deberíamos hacer si nos enfrentamos ante esta dominante emoción?
Todo dependerá de las circunstancias, pero aun así sabemos que si queremos vencerlo debemos elevarnos sobre él, reestructurarnos y componernos. Sacar fuerzas de nosotros mismos no siempre es fácil, para ello es necesario tomarnos nuestro tiempo, analizar y meditar para dejarlo atrás. Cuando esta emoción vaya quedando en segundo plano nuestra debilidad se convertirá en fortaleza.
En mi plano personal he sentido esta emoción en infinitas oportunidades, por lo que me gustaría contarles lo que me sucedió en una ocasión, estaba en mi hogar con mi familia, mi esposo, mi hija de 6 años y mi bebita de apenas 5 meses, eran las 12:05 de la noche cuando entraron a nuestra habitación dos sujetos armados con máscaras negras y chaquetas negras, al principio pensé que era una pesadilla lo que estaba viviendo, nunca imagine que mi hogar seria el punto atacar para esos maleantes. Al sentir la presencia de ellos me desperté de un brinco y de inmediato desperté a mi esposo, estos con armas de alto calibre nos sometieron, logrando amarrarnos y taparnos completamente con nuestras propias sábanas, mi temor era infinito le decía a mi esposo en repetidas ocasiones "quédate tranquilo".
Mientras estábamos tapados uno de ellos revisaba toda la habitación, el otro estaba apuntándonos y al mismo tiempo haciéndome múltiples preguntas, el miedo me invadía por lo que mentalmente oraba a Jehová para que nos protegiera y gracias a esas oraciones me permitió pensar y dar respuesta a preguntas anteriores para que este no entendiera y no facilitarle tanta información a los delincuentes quienes al final se llevaron todo lo que había en mi casa, inclusive se llevaron los pañales de la bebé. En esta ocasión la oración me permitió pensar con tranquilidad y tomar las acciones correctas para que estos viles malhechores no se ensañaran con mi preciada familia.
Es probable que hubiésemos tenido un nuevo encuentro con estos sujetos, quizás en nuestros lugares de trabajo o en nuestro mismo hogar pero gracias a Jehová esto no sucedió, aun mejor no nos golpearon y hoy por hoy podemos contarlo.
A pesar de esta amarga experiencia considero que el miedo no es una debilidad sino una forma de defensa ya que nos invita a meditar y reflexionar.