¿Cómo están todos? Hace unos días publiqué el prologo de "Una noche fugar", el mismo sufrió algunas modificaciones y quiero publicarlo de nuevo, espero que les guste.
Prologo
Estoy habitación desconocida con una hermosa mujer que no conozco, es una chica cautivadora y humilde a simple vista, con una picardía en su mirada pero a la vez con una sonrisa de ángel que demuestra su inocencia.
Nunca me dijo su nombre, fue un encuentro poco común, yo lo llamaría "Un encuentro fugaz". Al comenzar la noche, me encontraba en la cama de tan simple habitación, observando que se acercaba la chica, fue incorporándose poco a poco. Comenzó a quitarse una bata roja que cubría todo su cuerpo, mientras caminaba hacía la cama dejó sus pechos al descubierto, unos pechos firmes y bien esculpidos, me pregunté ¿Estarán hechos por dioses?. Fue deslizándose como si fuera dueña de su trono, en un sitio donde solo mandaba ella. Se colocó a mi lado con su cuerpo desnudo, sin decir ni una palabra tomó mi mano y la puso en su cintura, en su piel cálida y morena, sólo yo tenía privilegio de tocarla.
Los minutos pasan lento y lo disfruto, fue besando lentamente mis labios, contrayendo cada musculo de su cuerpo y acariciando mi mejilla como una reina toca solo a su rey. Una noche de pasión con mucho roces de piel, pero llegó el momento de comunicarnos únicamente con el alma. Su mirada se cruzó junto a la mía, nos convertimos en una sola persona, un solo ser con el mismo sentimiento de amor y cariño. Espiritualmente nos unimos, estuvimos muy tranquilos igual que un lago sin corriente y nuestros sentimientos eran cálidos como una fogata.
Una noche espectacular, pero aún no termina, horas después tuvimos una conversación sobre nosotros, según ella, me conocía desde antes, tal vez de un tiempo en que mi memoria no me alcanza, tal vez de un tiempo en que no habitaba esta masa. Por una extraña razón me sentí cómodo bajo las sábanas y la piel candente de aquélla chica, conversamos de diversos temas sin detenernos, su sonrisa y la mía danzaban de lo complacidos que estábamos al tenernos uno al lado del otro. Una mujer con la piel morena me acompañaba entre sabanas, quizás de un metro sesenta y cinco, no lo sé, pero estoy seguro que sus pómulos eran rellenos y colorados, unos labios que provocan múltiples sensaciones al solo verlos, un cuerpo definido con talentosas curvas, manos delicadas y con las uñas bien cuidadas, su cabello era corto y crespo con un color castaño claro, era una diosa entre todas las mujeres, al menos para mí.
Se terminó la noche y amanecí abrazado bajo sabanas con ella, fue una noche para recordar y no olvidar.
Desperté mirando al techo con una alarma que retumbaba para hacerme recordar una actividad. Despertar de un sueño que me gusta es una sensación muy desagradable, pero espero algún día reencontrarla y vivir otro momento junto a mi musa.
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