Todas las veces que he ido a Colombia, en sus diversas ciudades que he conocido por el eje montañoso y del valle; todos me han comentado la grandeza del Río Magdalena.
Cuando me decidí ir en diciembre de 2017 desde Santa Fe de Bogotá ir a Barrancabermeja, nunca me imaginé que conocería una parte del Río Magdalena desde esta calurosa ciudad pero con aires de pueblo llanero. Llegue ese día a medianoche, el autobús nos dejó a todos los pasajeros en la avenida principal del pueblo, por la hora no estaba abierta la oficina.
El pueblo no tiene terminal de pasajeros. Averiguando con los lugareños, pude ubicar un sencillo hotel cerca del centro; el mismo está ubicado en la segunda planta, con cuartos al estilo pensión. Pude ver mi cuarto que daba hacia la calle, con un ventanal cubierto con un leve cortina, con ventilador ruidoso de techo, un televisor de los años ochenta y un baño me quede dormido.
Al día siguiente, después de desayunar bajo la llovizna y el día nublado empecé a recorrer lo principal del pueblo. Camine siguiendo algunos avisos turísticos y preguntándoles a los lugareños; caí por el sendero del río con grandes árboles frondosos por un espacio público como un boulevard o peatonal hasta que llegue a la Refinería; sigo por el sendero de las viejas casonas con ventanales grandes hasta llegar al Hotel típico de la ciudad, bordeado de grandes árboles teniendo al costado el inmenso Río Magdalena.
En un lado del pueblo, cerca de la aduana se encuentra el embarcadero del Río Magdalena para el uso comercial y turístico; ya que las agencias y personas ofrecen los recorridos en pequeñas embarcaciones. El lugar se puede observar que está diseñado para grandes flujos de personas usuarias de los diversos tipos de transportes que hacen vida en las aguas del Río Magdalena; unas cubiertas, otras descubiertas. Unas para pasajeros, otras para cargar y trasladar mercancías a otras localidades.
Sigo mi camino hasta llegar al mercado de pescados, de todos los tipos y tamaños que se comercializan al borde de la calle que da hacia el Río Magdalena. Al otro lado de la calle, los diversos negocios que ofrecen las más ricas comidas a base de pescado como hervidos, empanadas, pastas teniendo el pescado como ingrediente principal; sin faltar el pescado frito con tostones y ensalada con su tradicional jugo de panela. Luego de ver la inmensidad de dicho Río y conocer las apreciaciones de sus pobladores del mismo; termino saboreando mi delicioso pescado frito en Barrancabermeja. Culmino mi día, conociendo el monumento a la explotación petrolera, el monumento a Simón Bolívar, la enorme Catedral hecha de ladrillos rojos así como la Plaza Central con su toque de modernidad, sus calles y sus comercios. Todo como la propia estampita de un pueblo llanero, con su calor y sus mujeres con vestidos livianos… así fue mi estadía en Barrancabermeja (Colombia)
Fotos y Contenidos de mi autoría.
Respaldo el presente artículo con mi asignación < >