Los Mitos de Cthulhu son, probablemente, la más famosa y extendida creación de la literatura de terror de los últimos cien años. Su creador, Howard Phillips Lovecraft, no llegó a conocer, ni siquiera a sospechar, la fortuna que tendrían sus pesadillas de horror cósmico. De hecho, murió convencido de que su obra sería arropada por el silencio y el olvido. No publicó ningún libro en vida. Toda su obra se encuentra dispersa en las revistas populares de la primera mitad del siglo XX. Cuando murió, en 1937, nada hacía suponer que su nombre se convertiría en el centro de apasionadas recreaciones; que influiría en la literatura posterior de varios países, en el cine, la televisión y el cómic; que se publicarían sesudas biografías en las que se analizarían los más recónditos aspectos de su extraña personalidad. Ningún autor de literatura de terror ha alcanzado tal éxito, ni en vida ni en forma póstuma.
No fue entre fantasmas, brujas, vampiros ni otros seres sobrenaturales donde H.P. Lovecraft encontró la inspiración para su terrorífica obra literaria.
Nacido en 1890, en Providence, Massachusetts, creció como un niño solitario en la casa de su abuelo materno, luego de la temprana desaparición de su padre, aquejado por los delirios provocados posiblemente por la sífilis. Sus biógrafos coinciden en que esta muerte temprana marcó la psiquis del futuro escritor, sobre todo por el ambiente de sobreprotección que le seguiría, tanto por parte de la madre, como de las tías y el abuelo materno. El niño se educó como “un caballero sureño”, para quien las necesidades materiales siempre ocupan un segundo plano y la literatura no se debe ejercer como una profesión, sino como un pasatiempo elegante.
Una de las cosas verdaderamente asombrosas de Howard Phillips Lovecraft es que sostuviera ese ideal aristocrático aun en la pobreza y cuando se viera obligado a escribir y vender sus textos a las revistas baratas y populares de la época para poder comer. Pero muchas veces se negó a publicar sus cuentos en ciertas revistas que le pagarían más porque eran “demasiado comerciales”. Mientras tanto, no tenía cómo pagar el alquiler.
Durante sus primeros años como escritor se vio fuertemente influenciado, como no podía ser de otra manera, por el maestro Edgard A. Poe. Las muy eficientes narraciones de Poe, esa perfecta combinación de lo macabro y lo romántico, ejercieron una notable influencia en el joven Lovecraft; pero pronto otras influencias se abrirían paso: principalmente las narraciones de Lord Dunsany, un autor inglés que se distingue por sus poéticas evocaciones del mundo onírico, en las que el sueño más dulce puede dar paso a la pesadilla, la angustia y la muerte.
Otro autor que ejercerá una huella indeleble en la concepción del mundo fantástico del joven de Providence es William H. Hodgson, quien soñó espectrales mundos pasados y futuros dominados por aterrorizantes figuras cósmicas; en estos, la humanidad es apenas un comentario al margen, una hoja en medio de una tormenta que no comprende.
Un paso en la dirección correcta
H.P. Lovecraft desarrolló su universo de terror poco a poco. Al principio, siguió la huella de sus maestros y escribió correctos cuentos de terror con el repertorio habitual heredado de la narración gótica: casas embrujadas, cementerios, grutas misteriosas. Pero pronto su imaginación se volcó hacia aspectos no tan convencionales.
Su relato “Dagón”, por ejemplo, muestra ya algunas de las características principales de su obra futura: un personaje solitario que choca con el descubrimiento de una realidad arcana, sepultada en el tiempo. En este, un marinero náufrago se encuentra con un afloramiento del lecho marino en el que se eleva un monolito de inimaginable antigüedad cubierto de jeroglíficos y figuras de una humanidad desaparecida:
Más grotescos de lo que podría concebir la imaginación de un Poe o de un Bulwer, eran detestablemente humanos en general, a pesar de sus manos y pies palmeados, sus labios espantosamente anchos y flácidos, sus ojos abultados y vidriosos…
Pero lo principal es la aparición de un monstruo-dios surgido de las profundidades:
Entonces, de repente, lo vi. Tras una leve agitación que delataba su ascensión a la superficie, la entidad surgió a la vista sobre las aguas oscuras. Inmenso, repugnante, aquella especie de Polifemo saltó hacia el monolito como un monstruo formidable y pesadillesco, y lo rodeó con sus brazos enormes y escamosos, al tiempo que inclinaba la cabeza y profería ciertos gritos acompasados. Creo que enloquecí entonces.”
Este monstruo prefigura al famoso Cthulhu y el aura de locura y maldad que lo circunda.
La llamada de Cthulhu
El cuento “La llamada de Cthulhu” puede considerarse el texto fundador de los Mitos. En él se describe lo que se desarrollará en muchos otros textos con más detalle, y será retomado por otros autores contemporáneos de Lovecraft y posteriores, en un esfuerzo colaborativo sin precedentes en la historia de la literatura.
En este cuento se presenta por primera vez a los Primigenios, seres venidos del espacio antes de la aparición del hombre sobre la Tierra. Los Primigenios “abandonaron el planeta, desapareciendo bajo tierra o bajo las aguas del mar”, y allí aguardan en una muerte que no es muerte, esperando el momento en que las estrellas sean propicias para despertar y reinar nuevamente sobre la Tierra. Su máximo sacerdote es Cthulhu, una criatura gigantesca con tentáculos. Desde su mundo subacuático, Cthulhu y otros Primigenios hablaron en sueños a los primeros hombres y les contaron secretos, y establecieron el Culto que se ha transmitido durante milenios. Cuando sea el momento
la humanidad se habrá vuelto como los Primigenios, libre y salvaje, más allá del bien y del mal, dejando a un lado la ley y la moral; y todos los hombres gritarán y matarán, y gozarán en su alegría. Entonces, los Primigenios liberados les enseñarán nuevas formas de gritar y de matar, de solazarse y disfrutar, y la Tierra entera arderá en un holocausto de éxtasis y libertad.
En este cuento fundador también se menciona por primera vez otra creación afortunada de Lovecraft: el libro apócrifo Necronomicón, del árabe loco Abdul Alhazred, que guarda secretos en clave del más allá, de los Primigenios, y de todas las artes oscuras.
El Necronomicón, a pesar de no existir, es uno de los libros más famosos de la literatura contemporánea, y mucha gente piensa que sí es real y desconoce que es una invención del escritor norteamericano. En muchas bibliotecas del mundo se han descubierto “cotas” de este libro, en un esfuerzo por contaminar la realidad con la ficción. O simplemente para hacer una broma.
El Círculo de Lovecraft
Como “el círculo de Lovecraft” se conoce al grupo de escritores, la mayoría de ellos bastante jóvenes para el momento de la muerte de Lovecraft, que dio continuidad a la obra del Maestro, expandiendo los Mitos, continuando las historias, inventando nuevos seres terroríficos.
En este sentido, fue fundamental la labor de August Derleth, amigo y admirador de Lovecraft, autor él mismo de una importante obra de literatura fantástica, quien, luego de 1937, fundó la editorial Arkham House, con el fin expreso de publicar la abundantísima correspondencia de Lovecraft (más de 100.000 cartas escritas a unos cincuenta corresponsales) así como su obra de ficción que, como ya dijimos, se hallaba dispersa en varias revistas.
Con el tiempo, Arkham House publicó también los cuentos y novelas de los miembros de “El Círculo”: Donald Wandrei, Robert E. Howard, Robert Bloch, H. Russell Wakefield, Carl Jacobi y muchos otros; lo que amplió la resonancia de la obra fundadora fuera de Estados Unidos y más allá del idioma inglés.
Así, la obra de un oscuro escritor conocido en vida por un puñado de lectores y escritores se convirtió en una referencia que cruza toda la imaginación fantástica y terrorífica del público desde mediados del siglo XX hasta la actualidad.
Para muchos la razón es sencilla. H. P. Lovecraft nos habla de un temor latente en el ser humano: la posibilidad de que el Universo no sea más que una terrible trampa; que no hay Dioses justos y benévolos detrás de las estrellas, sino Criaturas terribles para las cuales somos juguetes; a veces, alimento.
Escrito por @rjguerra. Contenido original.
Si te gusta nuestro contenido, ven y apoya a @Cervantes como Witness en
@rjguerra, qué ensayo tan genial. Me entraron ganas de ponerme a escribir, pero YA! XD Es imposible no inspirarse con la literatura de este hombre.
Hola, @elelobos, muchas gracias por tus palabras. Espero leer algunos de tus magníficos cuentos que una inspiración lovecraftiana.
Saludos.
Felicidades al autor por el texto, un saludo de un amante de los relatos de lovecraft
Gracias por tu comentario, @blancoynight. Saludos de otro fanático.
Es una excelente escritura y me ha gustado muchas las historias de ese gran hombre.
Son una historias inquietantes en extremo, @link1726.
Gracias por tu comentario.
Saludos.
Massachusetts está en el norte no en el sur!
Fuente
Tienes razón, @schizoarts; gracias por la corrección, aunque el error mayor está en que Lovecraft no nació en Massachusetts, sino en Rhode Island. Lamentablemente sufrí un lapsus con el estado de nacimiento de Edgard A. Poe. En cuanto a ser "un caballero sureño", me refería más a una condición social (y mental) que geográfica. Debí haber sido más claro.
Saludos.
Excelente post, hace tiempo estuvimos colocando en el servidor sus audiolibros mas ilustres. Muy buen post @rjguerra.
Gracias, @amanardis. Me hubiera gustado escuchar esos audiolibros. Lástima que mi mala conexión me impida muchas cosas.
Saludos.
Hi @cervantes!
Your post was upvoted by @steem-ua, new Steem dApp, using UserAuthority for algorithmic post curation!
Your UA account score is currently 8.183 which ranks you at #21 across all Steem accounts.
Your rank has not changed in the last three days.
In our last Algorithmic Curation Round, consisting of 219 contributions, your post is ranked at #26.
Evaluation of your UA score:
Feel free to join our @steem-ua Discord server
Grandísimo artículo de uno de nuestros colaboradores más talentosos: @rjguerra
Gracias por el apoyo, @pgarcgo.
Saludos.