Si no te has enterado de la noticia el día de ayer, 15 de diciembre de 2017, la ONG Unión Venezolana en Perú denunció que las autoridades de Venezuela han impedido de manera arbitraria y sin justificación legal el viaje de 130 niños para reunirse en Perú con sus padres, quienes dejaron Venezuela por la crisis económica, sin poder costear el viaje de sus hijos.
Las autoridades venezolanas detuvieron a los niños, a pesar de tener todos los papeles requeridos para realizar el viaje. Los pequeños debieron permanecer durante toda la noche en el aeropuerto, durmiendo en el piso y las sillas de la zona de espera. No hablamos de adolescentes ni próximos a cumplir la mayoría de edad, sino de NIÑOS en todo el sentido de la palabra, que no son responsables de nada de lo que ocurre en el país ni todavía son capaces de generar una opinión respecto a la situación.
Imagen de Adriana Nuñez R. Tw: @adriananunezr
Si no es suficiente retenerlos, les ANULARON el pasaporte a todos ellos, es decir, las esperanzas de reencontrarse con sus padres se esfumó en cuestión de segundos. Además los responsables de esta ONG están detenidos tal cual criminales, cuando su único crimen es buscar que familias que han sido separadas por culpa de este desastre de gobierno, tengan el mejor regalo de navidad que es volver a vivir juntos.
Es INDIGNANTE hasta donde son capaces de llegar estas personas, qué tipo de ser humano es capaz de meterse con los más pequeños de la casa, hay que ser muy sangre fría, la maldad de esta gente no tiene límites.
Imagina el dolor de un padre o una madre apartarse de sus hijos o familiares por mucho o poco tiempo debido a la crisis humanitaria que viven en su propio país. Ese dolor ahora se ha triplicado, ¿y ahora que harán?, ¿cómo saldrán? El miembro más importante de su familia está secuestrado en un país que cada día empeora. Me causa demasiada impotencia todo este tema. Nadie conoce la desesperación de un padre buscando un futuro mejor para sus hijos. Lo único que pido es no tengan que regresarse y resignarse a volver a vivir esta prisión emocional que tanto nos afecta.