Tomar Partido

in #spanish7 years ago

Vivir es tomar partido. Ante la realidad que nos golpea no podemos optar por la neutralidad, ningún ser vivo, en cuanto vivo, puede mantenerse neutral ante lo que le afecta. Cuestión diferente es lo que cada persona haga con ese partido que ha tomado.

Puede elegir quedarse callado, esconder la cabeza o acomodarse a las circunstancias y colocarse un abrigo que le haga invisible en medio de la corriente, o bien puede hacerse plenamente humano. Puede tomar plena posesión de sí y de su vida y puede expresar abiertamente su opción, vivir de acuerdo a ella. Al menos en la medida de lo posible.


El problema es que para ello necesitamos personas con capacidad para enfrentarse a su propia vida, capacidad de criticar lo que ve. Y para ello primero tiene que ser capaz de identificar lo que ve, lo que oye, lo que experimenta, más allá de la cubierta que esa realidad le presenta de manera inmediata. Tiene que aprender, como si dijéramos a leer entre líneas. Pero para eso hay que contar con individuos educados en la libertad. Con capacidad crítica, de discernimiento. Dicho de otra manera, necesitamos auténticas personas, auténticos seres humanos, cuya voluntad, libertad y mente no haya sido entregada incondicionalmente a otro ser humano. Ya sea por interés, por comodidad, por miedo o por pura y simple ignorancia.

Siempre que se habla de los grandes poderes hay una fijación excesiva en el apartado económico y ciertamente la economía es parte fundamental pues mueve a la ideología. Es muy difícil que una idea, un pensamiento contrario a los grandes poderes económicos pueda extenderse o suficiente como para ser un adversario serio. En general tanto las denominadas izquierdas como derechas responden a la voz de su amo cuando llega el momento oportuno. No obstante, es en la educación donde estos grupos de poder han centrado sus esfuerzos.


Han buscado la creación de generaciones técnicamente capacitadas y cualificadas, pero no filosófica o teológicamente cualificadas. Así, tenemos generaciones mecánicas, si se me permite, utensilios y herramientas útiles para las tareas que los sistemas de producción necesitan, pero en cuanto herramientas prescindibles cuando dejan de ser necesarias o útiles. En cambio, la filosofía o la teología enseñan a pensar, a ver más allá del envoltorio, de la apariencia. La teología en especial enseña a descubrir y denunciar los “sepulcros blanqueados” y a defender la dignidad del ser humano. Sepulcros que buscan encapsular en su belleza exterior al ser humano pero que una vez que se entra en ellos sólo hay corrupción y muerte.