
Vivir es tomar partido. Ante la realidad que nos golpea no podemos optar por la neutralidad, ningún ser vivo, en cuanto vivo, puede mantenerse neutral ante lo que le afecta. Cuestión diferente es lo que cada persona haga con ese partido que ha tomado.


Siempre que se habla de los grandes poderes hay una fijación excesiva en el apartado económico y ciertamente la economía es parte fundamental pues mueve a la ideología. Es muy difícil que una idea, un pensamiento contrario a los grandes poderes económicos pueda extenderse o suficiente como para ser un adversario serio. En general tanto las denominadas izquierdas como derechas responden a la voz de su amo cuando llega el momento oportuno. No obstante, es en la educación donde estos grupos de poder han centrado sus esfuerzos.

Han buscado la creación de generaciones técnicamente capacitadas y cualificadas, pero no filosófica o teológicamente cualificadas. Así, tenemos generaciones mecánicas, si se me permite, utensilios y herramientas útiles para las tareas que los sistemas de producción necesitan, pero en cuanto herramientas prescindibles cuando dejan de ser necesarias o útiles. En cambio, la filosofía o la teología enseñan a pensar, a ver más allá del envoltorio, de la apariencia. La teología en especial enseña a descubrir y denunciar los “sepulcros blanqueados” y a defender la dignidad del ser humano. Sepulcros que buscan encapsular en su belleza exterior al ser humano pero que una vez que se entra en ellos sólo hay corrupción y muerte.

¡Muy buena reflexión! :)