En el capítulo anterior...
— Pues… Algo está claro para mi. Y es que después de conocerte, pase lo que pase, no puedo seguir siendo el mismo embustero de siempre. — Volvió a sentarse en la cama, llevando consigo a Rapunzel, y la miró con los ojos vidriosos — Te llevaré donde debes estar. Y voy a dejar de ser un cobarde. Me voy a entregar.
— Oye Eugene — Dijo tristemente Rapunzel — ¿Será que podemos ir muy despacio por el camino más largo?
— Estaba pensando lo mismo.
Así pues, sin saber muy bien qué esperar, hombre, mujer, camaleón y caballo se dirigieron hacia la capital de Corona. Anduvieron lejos del camino durante toda la noche, evitando a los centinelas que evidentemente seguían buscando a Eugene después de su magistral escape. A la mañana siguiente, llegaron por fin al puente que unía la isla con el continente. Maximus, sabiendo que aún no podían arrestar a Eugene, empezó a galopar con todas sus fuerzas dejando atrás a todos los guardias (en serio son muy lerdos) logrando llegar a las puertas del castillo.
Allí, un ejército entero de hombres armados apareció desde dentro del castillo, rodeando a la pareja, mientras Maximus relinchaba como diciendo « van a relegarme a caballo de carga por esto ».
— Ok — Dijo Rapunzel — no exagerabas cuando decías que no te llevabas bien con el reino.
— Nop.
El capitán de la guardia se abrió paso entre sus soldados.
— Pero qué veo, Flynn Rider ha vuelto. Parece que tendré el placer de colgarte después de todo.
— Todavía no — Dijo Rapunzel bajando del caballo — Eugene es mi guía. Yo soy la princesa perdida. He venido a encontrarme con mi familia y solicito permiso para hablar con el rey en persona.
— Ante esta declaración, el capitán de la guardia abrió los ojos como platos.
— Y ¿Qué pruebas tienes de lo que me estas diciendo?
— Solo mi palabra. Que la reina decida si soy su hija o no, y si miento, que me arresten junto a él.
A regañadientes, el capitán de la guardia mandó llamar al mayordomo del rey, y guió a nuestros protagonistas dentro del castillo. Todo el ejercito les seguía de cerca. Iban de la mano, como si temieran que en cualquier momento les separasen.
Y aquí viene la escena que sí se ve en la película. Los reyes reconocen a su hija, la abrazan y la reina incluye a Eugene en el abrazo familiar. Cómico y surrealista, ¿cierto? pues aquí esta mi « explicación ».
— Arianna, ¿se puede saber por qué incluiste al señor Rider en el abrazo familiar? Lamento tener que decirlo, pero eres es el ladrón mas buscado del reino.
— Oh Dios, ¿es él? No tenía idea, es que su nariz no es como la de los carteles. Pero, quiero que sepa, señor Rider, que el haberme traído a mi hija de vuelta, al menos en mi corazón de madre, borra todos los errores que pueda haber cometido en el pasado.
— Agradezco su compasión majestad. Pero los hechos siguen estando ahí. Yo…He venido a entregarme.
— Esto es inaudito — Dijo el rey, quien siempre trataba a las personas con dignidad, a pesar de sus errores — Entiendo que el juicio que celebramos hace dos días fue bastante rápido, pero si vienes por voluntad propia y eres consciente de las consecuencias de tus actos, y además me trajiste a mi hija, celebraremos un nuevo juicio. Soldados.
— Ante esto, dos fornidos soldados cogieron a Eugene de los brazos y se lo llevaron a los calabozos.
— No, ¡Eugene! — Gritó desesperada Rapunzel mientras su padre le impedía salir detrás de él.
— Tranquila, princesa. Estaré bien. — Alcanzó a responder antes de que se lo llevaran.
— El juicio tendrá lugar mañana por la mañana. Y será público. Mientras tanto, querida Rapunzel — Dijo el rey con lágrimas en los ojos — creo que tenemos 18 años que recuperar.
Y durante el resto del día, mientras Eugene era echado al calabozo, a Rapunzel le mostraron su habitación (o mas bien su suite) le presentaron a Cassandra, su nueva dama de compañía, le dieron ropa y comida, le aseguraron como diez veces que su ladrón estaba bien, y le contaron como vivieron los reyes desde que ella había desaparecido.
Ella a su vez, les contó sobre su vida en la torre, como conoció a Eugene, y como le había ayudado a ver las luces flotantes, haciendo todo el hincapié que pudo en que Eugene había cambiado y que en verdad era una persona que merecía una segunda oportunidad.
Así llegó la mañana siguiente. Rapunzel no había podido verlo hasta que llegó al juicio. Se le veía cansado, no había dormido. La sala de juicios estaba llena. El escriba, el jurado, los reyes, gente del pueblo, etc. Todos estaban ahí. Y muchos gritaban, ¡Que lo lleven a la horca! Seguro eran las personas a quienes Eugene había robado o estafado de alguna forma.
La sesión empezó. Un fiscal leyó un pergamino tan largo que llegaba hasta el suelo, que resumía los actos delictivos del reo. Este se mantenía como un roble en el centro de todas las miradas, sin apartar la suya de Rapunzel.
Rayos me encanto tu fanfic *- *
gracias, y solo esta empezando :)
Mi hija me había hablado de los fanfiction (fanfic) por primera vez leo uno .... Esperaré la próxima entrega ..
Genial! espero que te haya gustado!