Lo bonito de la vida empieza desde el momento de nuestro nacimiento, la emoción de venir al mundo y sentir el calor y el cariño de ese ser divino que nos mantuvo en su vientre nueve meses y al que al poco tiempo llamamos mamá es lo que le da sentido a nuestro existir. A diario vivimos variaciones de momentos, unos rutinarios, y otros marcan la diferencia llegando a convertir tu presente y futuro en una pesadilla. Las cosas pasan por algo, si esto es algo muy cierto, cuando algo empieza fallar repitiendose una y muchas veces más sobre todo en las relaciones de pareja ya nos están alertando de que si continuamos insistiendo poco a poco se desgastaria esa magia que hubo al principio perdiéndose el amor, reemplazandolo por el masoquismo en compañía de la costumbre, entonces ¿te estarías valorando a ti mismo? A muchos nos cuesta hacernos esta pregunta debida a esa venda que nos ponemos en los ojos de seguir creyendo en que todo va a cambiar o simplemente pensamos en terceros, olvidándonos de nuestros propios sufrimientos y desdichas, sin darnos cuenta lo que valemos, desperdiciando los mejores momentos de nuestra vida por ver felices a otros. Todo ser humano vino al mundo con un propósito, el cual es ser feliz, no dejemos caminar el reloj sin habernos dado la oportunidad de descubrir ese sentimiento bonito al que todos tenemos derecho, valorarnos como personas unicas en el mundo, si algo no se puede vamos a darno otra oportunidad, quizás cosas mejores vendrán.