La historia que Angela no desea contar

Todo comenzó cuando Ángela era solo una niña, creció en un ambiente familiar extremadamente tóxico, su madre no deseo tenerla nunca, y sufría de grandes maltratos físicos y psicológicos por parte de su padre y de su hermano mayor. Ángela de niña llegaba a altas horas de la noche a su casa, porque en realidad nunca deseaba llegar… pero esto era peor que llegar temprano, ya que era recibida con los insultos de su madre y los abusos de su padre.

Ángela recuerda perfectamente cómo fueron hechas cada una de las cicatrices que marcan su cuerpo, recuerda las quemaduras con cigarrillo, o las marcas de las hebillas de los cinturones. Ángela nunca ha dejado de preguntarse porque sus padres actuaban de esa manera, y siempre se lo preguntara, pues su padre murió cuando ella tenía 14 años y su madre se fue y más nunca regresó, cuando ella tenía 17 años, hasta el sol de hoy, Ángela, desconoce si está viva o muerta, pero dentro de ella, prefiere que esto siga siendo una incógnita.

Al Ángela quedar sin padres a los 17 años, ella y sus dos hermanos varones, se mudaron con una tía materna que vivía en otra ciudad, a pesar de que sus padres ya no estaban, Ángela en su nueva vida, continuó soportando los maltratos psicológicos de su hermano mayor, hasta que esté un día fue echado de la casa de su tía, cuando esta última lo descubrió acosando a Ángela.

Ya con 20 años Ángela habla con su tía por primera vez de todo lo que le ha tocado vivir. Su tía muy indignada, pero poco sorprendida, pues ya conocía a su hermana, ofreció rápidamente a Ángela la ayuda psicológica. En la actualidad, Ángela es una chica muy inteligente, que a pesar de sus problemas no se rindió, ni dejo que estos demonios la persiguieran y la acosaran. A pesar de que ella es bastante callada y no habla con nadie de su vida, es una mujer muy centrada, ya hoy una mujer de 25 años que vive sola y es una gran trabajadora.

Admiración y respeto para los pocos que conocen su historia, y para los demás, bueno, en realidad no importa lo que piensen los demás de la callada Ángela. Algunos juzgan su forma de ser, sin comprender ni entender el ¿Por qué? O las razones de su actitud. He aprendido muchas cosas, de hecho, sobre mi misma, ya que yo también la solía juzgarla por su personalidad extremadamente reservada, pero la vida se encargó de callar mi boca y respetar, hasta en mis pensamientos, la vida de los demás.