No hay situación más expectante y estresante que visitar a tus nuevos suegros por primera vez, este planteamiento se hace mucho más sorprendente en el filme ¡Huye! (Latinoamérica) o Déjame salir (Europa), una de las mejores películas del año 2017 por tener un guion magistral que lo tiene todo para ser una joya del cine. Fue escrita y dirigida por Jordan Peele, un famoso actor de comedia en Estados Unidos que hace un excelente trabajo en esta ocasión.

Es la historia una pareja joven que tienen poco tiempo saliendo, Chris (Daniel Kaluuya) es un hombre de raza negra y Rose (Allison Williams) es una mujer caucásica. Rose invita a su novio por primera vez a pasar un fin de semana en la casa de sus padres con la intensión de que se conozcan. Chris está muy nervioso porque teme la reacción que pueda tener la familia de su novia al saber que está saliendo con hombre negro. Los padres de la muchacha son amables y aceptan cordialmente a Chris, hasta que comienzan a ocurrir situaciones muy extrañas que despiertan la desconfianza de Chris, hacia sus “simpáticos” suegros.

Uno de los puntos fuertes que maneja el guion es el racismo, pero no visto como una problemática social sino como una hipocresía social oculta en personas que niegan ser racistas pero en el fondo si lo son, solo que por encajar en una sociedad moderna y abierta hacen alardes de aceptación a la raza negra en el gobierno por ejemplo, relacionarse con ellos por conveniencia propia pero estas actitudes no son sinceras, son solo lobos disfrazados de ovejas. El escritor muestra un racismo moderno pasivo, donde podemos ver a todos los actores en situaciones incomodas simplemente porque están fingiendo “estar cómodos” con comentarios graciosos en una reunión familiar en la que no quieren estar.

Otra de las fortalezas de esta producción es que presenta un guion inteligente, los indicios de violencia siempre están presente, aún si las escenas son solo de diálogo, las actuaciones muestran las verdaderas intenciones de los personajes de una forma tan sutil que puede pasar por desapercibido, es una forma de jugar con nuestra mente mostrándonos algo que nunca estuvo oculto, por esta razón aplaudo de pie este guion; es para espectadores inteligentes, ya que basta con prestar suficiente atención para entender a donde nos quiere llevar la trama.

Es una película de terror moderna que indica el camino que deben seguir las demás, no abusa de los recursos de sonido o sustos abruptos para atemorizar al espectador, usa una sensación de acorralamiento y desventaja alrededor del protagonista muy conveniente como recurso psicológico. El cinismo de la familia y los amigos revela sus verdaderas intenciones desde el principio, solo se requiere un poco de intuición para descubrir el desenlace de esta historia. Está llena de simbolismo hay elementos que pudieran parecer extraños pero no lo son, están conectados para que el espectador vislumbre y haga un trabajo mental para descubrir una verdad obvia.

El metraje está dirigido a un público maduro que no se sorprende fácilmente, emplea tópicos humanos de la vida real de una forma ingeniosa para hacerlo aterrador, va de menos a más en términos de suspenso, al estar inmersos en la historia vamos a querer correr o gritar al protagonista que lo haga y allí es donde reside su terror, debemos ir armando un rompecabezas de los sucesos para descifrar el enigma oculto por una familia fuera de lo común.

Su ambientación, fotografía, música y movimientos de cámara tienen un lenguaje propio que contribuye al suspenso, sin entrar en los clichés gastados de las películas de terror convencionales, es una propuesta diferente, por su forma de introducirnos en un ambiente pesado (expectante), aparentemente agradable pero a medida que se avanza la historia su ambientación nos hace pensar que algo anda mal, solo que no hemos tenido la suficiente suspicacia para entenderlo, este efecto está muy bien logrado en esta producción.

El director logra que nos sintamos confundidos y tensos, esto tiene que ver con la actuación natural del protagonista, rápidamente empatizamos con él, haciéndonos sentir en su lugar y acompañando en su proceso de descubrir lo que está sucediendo, al igual que él nos sentimos fuera de lugar. Su personaje no se siente parte de esa familia y sus amigos, pero al mismo tiempo siente que la situación gira alrededor de él, este misterio y tensión la proyecta de manera que logra hacer que nos sintamos como él durante el desarrollo de la cinta.

¡Huye!, sale de los estándares de las películas típicas de terror, se maneja de una forma elegante apoyada en elementos psicológicos, como el silencio, las miradas y los gestos de los personajes, nos hace sentir acechados como en una cacería, es intrigante, interesante y ofrece una muy buena propuesta al cine de terror. Las críticas sobre ella son excelentes y fue merecedora de cuatro nominaciones a los premios Oscar, en las categorías mejor película, director, actor y guion, ganando una premiación por esta última categoría: mejor guion original.