La palabra diezmo significa, como bien sabemos, una décima parte de lo que ganamos. Es una costumbre o practica de la religión evangélica. Lamentablemente muchos falsos pastores han tergiversado el sentido real del mismo. Hay muchos casos donde les piden a los miembros de la iglesia que les den cantidades exorbitantes de dinero, joyas inclusive a cambio de la salvación del alma. Es decir hacen ver que mientras más grande o voluminoso sea el diezmo mas posibilidades de salvación tiene la persona. Si su iglesia no cumple el rol de los antiguos templos en la distribución según los principios del diezmo, la persona o creyente no está en la obligación de diezmar, y aun menos si tiene un trabajo que lo ayude a producir riqueza alguna.
Pero a Dios no le interesa el dinero, a Dios le interesa que lo amen de corazón y le sirvan de acuerdo a sus mandamientos.