Hoy es mi cumpleaños y está sonando "This City Is Killing Me" de Dusty Brown en mi reproductor de música mientras escribo estas palabras. Es normal, casi un ritual, que una persona se ponga a reflexionar sobre su vida en este tipo de fechas. Recuerdos del pasado como las pérdidas, los fracasos, las derrotas, las vergüenzas, las personas que ya no están a tu lado y, por qué no, también los momentos felices, los logros y las nuevas personas que están contigo, llenan tu mente. También es común que las personas, en este tipo de celebraciones, se tracen nuevas metas que van desde las más típicas como "Haré mi propia empresa", "Seré feliz", "Viajaré por el mundo", hasta las más sosas como "Haré ejercicio, iré al gimnasio", "Este año tendré novia" y "Desde ahora seré mejor persona". En realidad no importa qué tipo de metas se tracen, lo realmente importante es saber si logramos las metas del año pasado y si seremos perseverantes hasta cumplir los actuales. ¡He aquí la cuestión!

¿Qué le pasa a tu mente cuando año tras año no logras ni siquiera una de tus metas? ¿Qué le sucede a tu mente cuando todo tu plan se va al tacho todos los años? ¿Qué sucede en tu interior cuando las situaciones no planeadas te arruinan cada año? Pues, diría que se pierde la fe y las ganas de cumplirlas. Se sabe que existen millones de charlas acerca del fracaso y cómo superarlas, a cómo aprender de ellas. Te dictan una receta milagrosa para que triunfes en la vida pero, a pesar que dicha receta se repite en cada charla motivacional del planeta, muchas veces no son de mucha ayuda. Es más, en mi experiencia, diría que dicha receta, llena de palabras bonitas, sirven más como un analgésico. Algo que probablemente te hará sentir mejor por unos días y que te llenará de ilusión y emoción porque has encontrado la cura a tus problemas, sin embargo, cuando los días pasan y te vuelves a enfrentar a la cruda realidad, el mágico efecto dentro de tí desaparece.

Sería un hipócrita si les escribo que todo está bien y que si soy la persona que alguna vez quise ser. Sería una persona totalmente falsa si te comparto la mágica receta para triunfar en la vida si nunca me ha servido, a pesar que dicha receta se sigue conpartiendo por todo el mundo como si fuera pan. Te dicen que "tienesque buscar la aceptación propia, identifica tus errores, siempre ten una mente positiva, responsabilízate frente al cambio y confía mucho en tí", sin embargo, para alguien como yo solo son palabras vacías. ¿Cómo se logra la aceptación propia y cómo logras amarte? ¿Cuáles son los pasos exactos a seguir para tener una mente positiva? ¿Cómo confiar en tí mismo? ¡Cómo le explicas eso a alguien que siempre ha fracasado! Es como intentar hacer creer a un ateo en Dios.

Algunos dirán cosas como "bueno, haz estudiado una carrera y tienes un trabajo. Tú estas bien". No, no puede estar bien. Cosas como un estudio o un trabajo son totalmente normales y sí, soy consciente que muchos en el mundo carecen de trabajo y carrera profesional, sin embargo, lo que trato de explicar es que con esas cosas antes mencionadas no te hace diferente al humano promedio ni mucho menos hace que el mundo sea de color rosa. ¿Qué es lo que me distingue de los demás?

Recuerdo que de pequeño soñaba con ser músico, tener una banda y llenar estadios con mi arte. Bonito sueño, ¿no? Pero ahora, durante el trascurso de los años, ese bonito sueño se ha ido esfumando, cada vez se hace más distante. Durante los primeros años de mi adolescencia me imaginaba a mi futuro yo como alguien exitoso, saludable, feliz, con una familia unida, con dinero y, por qué no, con una bonito novia, sin embargo, me miro y no soy lo que quise ser cuando era niño ni mucho menos soy una version cercana de mi yo imaginario que estaba en mi mente cuando tenia 13 años. Ahora estoy atado a algo que se llama "trabajo" que me consume todo mi día para conseguir unos numeritos en mi cuenta bancaria conocidos como "dinero" y que a duras penas me alcanza para sobrevivir a fin de mes. Mis energías no son las mismas de cuando estaba en la escuela y ciertos dolores han empezado a invadir mi cuerpo. Las clásicas molestias de espalda y rodillas son cada vez más presentes y no me alcanzaría el dinero para un buen médico. Soy más olvidadizo que antes y eso me asusta. Esa emoción, siempre presente de niño cuando decía que me voy a comer al mundo, y mi inocencia fueron canjeadas por ansiedad y estrés. Sólo soy una pieza más del inmenso sistema. Cada vez más siento que el tiempo va cada vez más rápido, que los meses vuelan y que todos los días son iguales. Mi familia solía ser grande pero debido a algunas diferencias el grupo se ha reducido. Muchos de mis amigos del pasado han desaparecido de mi radar, a algunos los he olvidado y ellos a mí. Las rizas y las muchas horas que pasaba con algunos de ellos están en el pasado, ahora solo nos podemos dar el lujo de escribirnos esporádicamente por What's App y nada más. Hemos tomado caminos diferentes.

Me irrita y algunas veces siento envidia cuando escucho a una persona decir que la vida es hermosa y que todo le va de maravilla. ¡Cómo me encantaría decir esas palabras desde el corazón! Pero, ¿diría esa misma persona que la vida es bonita cuando tenga a su madre postrada en alguna cama de un hospital? ¿Seguirá pensando lo mismo luego que su pareja o amigo perdieran la vida debido a la delincuencia? ¡Qué clase de loco diría que todo está bien mientras el mundo se parte en pedazos! Cientos de hermosas especies extintas debido a la mano del hombre, los recursos naturales se agotan y los más poderosos no mueven ni un dedo. ¡Oh, todo va bien!

Ahora suena "Butterflies and Hurricanes" de Muse y me sorprende lo que estoy escribiendo, sin embargo, se siente bien. ¡Qué curioso momento! Mis letras azotan a la imagen pintoresca que muchos tiene acerca de la vida mientras Matt Bellamy me canta que ""tienes que ser el mejor, tienes que cambiar al mundo y usar esta oportunidad para ser escuchado. Tu momento es ahora". Tal como dice la letra, éste es mi momento para ser escuchado, más bien para ser leído, para abrir mi interna caja de sorpresas y sacar todo de allí. No busco incomodar a loa demás ni mucho menos discutir con los que piensan diferente a mí, sólo soy alguien que está siendo sincero consigo mismo.

La religión es algo que me ha marcado la vida. Vengo de una familia creyente y, por tal motivo, actividades como ir a la iglesia y leer la biblia eran lo normal para mí. Conozco bien las enseñanzas del todopoderoso, no por nada he leído muchas veces la biblia, sin embargo, tengo que confesar que mientras más sé de Dios más preguntas tengo hasta al punto de ser insano. El santo libro nos habla de un dios que todo lo ve y que todo lo sabe, que no hay nada imposible para él. Estamos hablando de alguien con poder absoluto, es el que pone las reglas, el que te pone en el mundo y te borra, el administrador del juego. Entonces, si Dios lo sabe todo, ¿acaso él sabe cuándo moriré? ¿El creador tendrá anotado en su agenda el día de mi muerte? Y peor aún, ¿sabe cómo me iré de este mundo? Confieso que esa idea me asusta un poco. Es como si mi vida ya estuviera escrita por alguien más, que mi camino en la existencia ya está planeado cual hámster en un circuito para roedores donde se sabe de dónde empezará y dónde terminará. Una vez, en una película llamada "Constantine", vi una escena donde se describe a Dios como "un niño con una granja de hormigas". ¡Qué tremenda e interesante frase! Supongamos que mi vida está programada para existir hasta que cumpla 30 años. No importa lo bueno, lo malo y lo que no hice en vida, simplemente el número 30 es mi límite. ¿Seria justo eso? ¿Cómo alargar mi existencia si el que Todo-lo-sabe ya me fabricó con fecha de caducidad y mejor aún, cómo darle un sentido a eso? Mi cabeza es un mar de preguntas que buscan respuesta. "La ignorancia es dicha" dicen algunos, pero qué hermosa frase. ¿Acaso mi error es querer saber más? No, no lo creo porque no saber es inquietante. Quizás la clave de la felicidad es no pensar.

Mientras Radiohead toca "Nude" me imagino a la vida en 2 grandes mitades; los que no piensan están destinados a ser felices y por el otro lado, los que saben mucho están condenados a ser infelices. Es como el frio y el caliente, no hay tibios. Sólo puedes escoger uno. Esto me recuerda a loa escritos del dios de Abraham en el libro de Apocalipsis, "pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca". Sé muy bien que en ese pasaje bíblico se habla de otro tema, sin embargo, puedo notar la importancia que da Dios al tener que escoger un bando. ¿Acaso nuestra existencia se basa en el SI y NO? Es probable que nunca tenga la respuesta.

Desde que empecé mi travesía laboral (trabajo desde los 18 años) no he vuelto a disfrutarde este día. La rutina me absorbe, me consume cada año más, cada vez me hundo más en esas arenas movedizas al que llamamos "sistema". ¿Para qué quería ser grande? Desde que llegué a los 20's, cada día de mi cumpleaños me llena una sensación extraña, me siento desconectado y cada cumpleaños esta sensación se intensifica. No voy a negarlo, me he imaginado estando muerto. Sí, he tenido ideas suicidas, sin embargo, no han llegado a mayores. No quiero romperle el corazón a mamá.

Sigamos con el ejemplo mencionado líneas arriba, si el Todopoderoso me fabricó para ser obsoleto a los 30 años entonces, ¿cada cumpleaños es un año menos de vida? Me inquieta tener estas dudas, me molesta no tener respuestas.

Creo que me estoy extendiendo demasiado, es de noche y ya es momento de parar. Tengo el presentimiento que pocos serán lo que lean esta carta, sin embargo, espero no haber incomodado sus corazones. Solo quería dejar correr mi mente y soltar lo que tenía que dejar salir. No lo hago con mala intensión. Tal vez esto sea como dar una rápida limpieza interna del corazón, como barrer la casa.

Saludos.

@blackbird24

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