Lo escribí hace un par de meses, después de haber leído a Borges. Unas de esas anotaciones el borde de una página. No sé por qué lo comparto hoy, pero aquí está. La voz es de Ariadna, desde su propio laberinto.
ahora árbol
moviendo mis ramas hacia el cenit,
ahogándome en la lluvia que inunda mis linderos
llenándome de formas floridas
barro
tu cuerpo bajo mi sombra,
siempre con rumores de muerte.
Me converti en la carga puntual
astro sin órbita
planeta que no es planeta.
Me odio,
arranco mis ojos con mis ramas.
No creo en el destino ni en la roca.
Sísifo no fue feliz,
no puedo imaginarlo.
Crezcan flores en mis cuencas vacías
enredaderas curvan en mi vientre.
Hoy mis palmas yacen bajo la roca
Asterión ya me ha encontrado.
Disculpen la mala calidad de la imagen. Es una foto bastante vieja, de un cuaderno mucho más viejo, pero cumple la función de guardar un recuerdo