En casa enseñamos un sin fin de valores y normas para convivir, que de niños o adolescentes no tienen suficiente madurez para ingerir.
Sin embargo la experiencia me dice, que son de mucha ayuda para crecer como ser humano, para respetarse como persona y a su vez respetar a los demás, así como es de muchísima ayuda para criar a nuestros hijos. Pero no debe ser un patrón estricto para seguir, porque puede perturbar y perjudicar más de lo que pueden ayudar.
Hay que tener en cuenta, que las cosas que aprendemos no son estrictamente blancas o negras, siempre hay intermedios, matices, con los cuales puedes jugar al momento de aplicar.
Aprendemos el significado de valores, lo ponemos en práctica, pero innumerables personas tienen la mala costumbre de sobrecargarlas y darle más connotaciones de las debidas.
Los valores deben ser una guía, un modelo a seguir , pero no deben ser determinantes para tu vida, ya que luego nos encontramos con los tan famosos tabúes que son consecuencia de apegarnos estrictamente a ellos.