La sutil vanidad suele disfrazarse de humilda, por eso aquel que piensa y se cree humilde esta bien lejos de ser.
Cuentan las tradiciones griegas que Aristipo, el filósofo, queriendo demostrar su sabiduría y modestia, se vistió con una vieja túnica llena de remiendos y agujeros, empuñó el báculo de la filosofía y se fue por las calles de Atenas. Cuando Sócrates le vio llegar a su casa exclamó: ¡Oh, Aristipo, se ve tu vanidad a través de los agujeros de tu vestidura!.
Estamos totalmente de acuerdo @antimonio, me gusto tu cita.