Retratar el cuadro de la vida sin perder el contexto
implica asumir al ser integral
que habita en cada uno de nosotros.
Un ser que clama su libertad, aunque este libre.
Que añora sus sueños aunque este soñando la peor pesadilla.
Un ser mujer que ante la desdicha
de no sentirse amada,
lucha hasta más no poder por sus derechos,
por su dignidad, por sus afectos,
por sus hijos y por ser.
Un reconocer a un sistema que no apoya al ser mujer,
Una defensa contra ti como mujer,
contra tus imaginarios , creencias, valores,
la sociedad, la cultura y la racionalidad.
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Una necesidad de ruptura a la cultura de la violencia,
una defensa al hogar no como algo físico sino como entretejido de relaciones,
que serán fecundas si la asertividad
prevalece ante la violencia familiar