Sabes.
Aquella noche reflexionaba y podía concluir que la vida es un paso, es como si por un momento fuésemos aquel faro, que por varios días encendió su luz, y de repente comenzaba atenuar, hasta que ya no pudo continuar...
Mientras esto pasaba, en mi cabeza rondaba la frase: La historia que jamás se escribió
Y esa historia no es, precisamente la de grandes hombres, ilustres, autores, compositores, o la de aquellos que realizaron grandes obras benéficas; Sino la que que siendo historiador fue y protagonizó múltiples eventos, amparando el concepto de vivir, es más que que ser reconocido...
Esa será la historia que probablemente algún día tengas que escuchar, así no quieras o no estés preparado.
¡No es más que la tuya estimado amigo!
En donde será relevante tu papel como padre o madre, quizás veas que tus momentos más vergonzosos despertaron sentimientos nobles en otros. y quizás descubras que los primeros admiradores serán esos, que cada dia te miraban esforzarte para sacarlos adelante. y sin palabra alguna solo con sus pequeñas sonrisas te lo agradecen...
¿Entonces cómo sería nuestro libro de vida? Si nos hiciéramos una autobiografía, creo que la mía sería la siguiente:
En algún lejano pueblo, apartado de grandes lujos pero gozando de perfecta salud, nació Ana, una bebé de apenas tres cabellos, semblante enrojecido y piel tostada.
Creció en el norte de una pequeña provincia, en donde sus padres consintieron el crearla, fue una hija amada y muy deseada.
Lamentablemente no fue lo suficiente, o por lo menos eso pensaba ella, como para que sus padres permanecieran juntos.
Por vueltas del destino, por partes separadas cada quien hizo su vida, logrando así alejar a la pequeña de un hogar propiamente estable.
Aunque no es de negar que creció de cuidado en cuidado, cuya madre soltera le daba todo cuanto a su paso estaba, su padre por otro lado hizo su vida amorosa rápidamente, pero a su primogénita decidió amar con locura, lamentaba no estar presente en todo su crecimiento, pero las veces que la veia la recompensaba en gran manera por ser la dueña de sus atenciones y todo su cariño, con enormes torres de helado la esperaba cada semana, y en navidades, cumpleaños y vacaciones sus exóticos gustos el gustosamente complacía...
Por otro lado la pequeña Anita no era gran estudiante, a dudas penas destacaba entre el grupo, por su mal compartimento, inquieta y muy ocurrente le daba riendas sueltas a su imaginación de continuo, sabiendo que su corazón amaba con locura a sus padres, ella creció con restricciones, con algunos temores, y probablemente con un par de complejos que la separaban de las más populares, siempre tuvo un sueño y era ser feliz.
¿Feliz como? le preguntaba su madre en ocasiones.
De pequeña respondía: -Así mamà, como cuando los 3 estábamos juntos
En edad de una adolescente promedio le respondió: Ya no se mamà, extraño sonreír sin motivo...
Y una vez de grande miró a su mamà y le dijo: ¿Sabes que? ya no necesitas preguntarme si soy feliz, porque he descubierto que jamás fui abandonada por ustedes, mi salud nunca se ha visto afectada, puedo hablar con gran facilidad y mis manos abrazar con mucha fuerza.
Nice picture
Simplemente excelente @aniita me encanto lo escrito sobretodo la frase al final...
Me encanta como escribes bella amiga
gracias por seguir leyendome mauu jajaj soy la musa que va y viene como el mar, un abrazo!!