Nos matamos diariamente
por un sueldo
que apenas nos alcanza
para llevar algo de comer a casa.
Veo diariamente el cansancio,
la tristeza
y la desesperanza
de una madre
que agota toda su energía
para darles un mejor futuro a sus hijos.
Siento la pobreza mental
a la que han llegado
muchos en nuestra sociedad:
aceras llenas de basura
y los contenedores a su lado
vacíos.
Veo un país sangrando,
hermanos luchando
para al menos tener un poco
de felicidad,
esa de la que hablan sus padres.
Veo a aquella señora llorando
luego de un último abrazo a su hijo,
quien se ha ido
para no correr con la misma
suerte
de su padre,
quien ha perdido la vida
en manos de quienes ya perdieron el alma.
Le he dado la mano
a ese señor al cruzar la calle,
y he sabido en ese trayecto
que está solo
y sin medicamentos
acompañado de un cáncer terminal.
Llevo dos años sin ver a mi madre,
que huyó del país
temiendo encontrarse con aquellos
que le quitaron la vida a su padre.
Mi pequeño hermano
ya no tendrá la misma sonrisa
que llegué a tener a su edad,
en la época de navidad.
Ya que a duras penas tendrá un regalo,
fue con lo que papá pudo contar.
Y yo...
estoy a años luz de lograr
todo lo que quería en este lugar:
un bonito hijo,
y la orientación de mi abuela
para poderlo criar.
Una casa,
un carro,
una piscina para jugar.
Un ambiente saludable,
muchas personas para amar.
Y regalarle una casita a mamá.
=(
Triste realidad que vivimos dia a dia
Te aplaudo !!
Muchas gracias!
He llegado a pensar exactamente lo mismo, me sentí muy identificada. Saludos.
Hola. Sé que muchos compartimos el mismo sentimiento. Gracias por leer, saludos <3