A ninguno de nosotros nos gusta o nos gustaría sentir dolor o sufrir una pérdida, ya sea material o emocional, pero se imaginan vivir en un mundo sin sufrimientos, sin pérdidas, sin dolor, sin obstáculos, sin tropiezos, ¿quiénes seríamos?, ¿en qué nos convertiríamos?, ¿qué nos fortalecería?.
Es como un organismo estéril que nunca ha sido expuesto al medio ambiente, perfecto e inmaculado, pero sin fortaleza, no ha tenido la necesidad de crear anticuerpos, ni defensas. Aunque el dolor es algo por lo que ninguno desearíamos pasar, es un mal necesario, la forma en que lo afrontamos y lo superamos es lo que a la final nos define, es lo que forma nuestro carácter, quien somos y quienes seremos.
Pienso en el dolor como la herramienta, el ingrediente que necesitamos para ser curtidos, para ser forjados, para crecer, para aprender a amar cada día mejor y con mayor intensidad a todas aquellas personas que nos rodean y que también nos aman, para saber decir adiós por nuestro bienestar, para aprender a amarnos a nosotros mismos por encima de cualquier otra persona que nos pueda dañar.
Superar el dolor y afrontar una pérdida es difícil, pero no imposible y te aseguro que saldrás convertido en alguien diferente, una mejor o peor versión de ti, eso solo lo decides tú, está en tus manos la decisión final.
Nota: las imágenes fueron creadas con la ayuda de la aplicación para móvil Botmoji