En una noche fría, Abraham le toca zarpar a un viaje de trabajo. Lleno de expectativas y de ilusión por generar un dinero y ayudar a su hermanito de una enfermedad que padece. Le ha prometido regresar de vuelta y traerle muchas fotos que le ha pedido de su viaje. Le ilusiona conocer todos esos países de Europa. A pesar de que él no puede ir, se conforma con ver a su hermano disfrutar un ambiente de calma, en medio de tanta desolación.

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Abraham decide prepararle un diario para cada experiencia vivida. Debe estar 3 meses fuera de la ciudad de New York, en busca de una mejor calidad de vida para su hermano y su familia. Pero en el viaje por barco, conoce a una mujer llamada Antonette, que lo conquista con su mirada. Abraham lo ha tocado el amor en medio de tanta confusión, de un sinsabor de dudas y de tristezas acumuladas.

Al pasar los 3 meses Abraham llega a su destino con la esperanza de curar a su hermanito. Cuando llega a su hogar se encuentra con la noticia de que su hermano ha sido trasladado a emergencias. Al llegar Abraham a la clínica se encuentra con sus padres y le cuentan que su hermano Nicolás ha fallecido de un paro respiratorio. Sumergido Abraham en lágrimas se da cuenta que su hermano le ha dejado una carta diciéndole: - Hola hermano Abraham! Espero que te encuentres bien. Estoy muy mal, no se si llegue a ver tu regalo, pero quiero que sepas que te amo con todo mi corazón y que haz sido más que un hermano, un amigo. Gracias por tratar de ayudarme!. Me hubiese gustado compartir todo ese tiempo contigo, pero este no ha sido el caso. Disfruta cada momento de vida, cada sorbo de café que tomes, disfruta el amor porque no sabes cuanto tiempo de vida te queda.

Con lágrimas en los ojos y un diario en la mano decide limpiarse sus lágrimas con un pañuelos todo arrugado que tenía en su bolsillo. Abraham se lamenta por la muerte de su hermano, le deja en su urna el diario que con tanto amor le había preparado. Las palabras de Nicolás retumban en los oídos de Abraham, cambiando su vida y viviendo el presente, sin preocuparse tanto por el futuro.

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Al poco tiempo, Abraham se casa con Antonette formando un hogar junto a su amada. No sabemos cuanto tiempo de vida nos toque vivir pero sin lugar a dudas, a veces nos preocupamos por cosas pequeñas sin importancia, saboteando nuestra propia felicidad. Tenemos que aferrarnos a lo que nos hace feliz, a cosas que nos den paz y tratar de quitar del medio todas esas penurias que pueden entorpecer nuestra alegría.