Un día una mata de mango muy frondosa, que estaba ubicaba en el patio de la casa del señor pablo, quien vivía en un pueblo y era considerado u hombre tosco y ermitaño (poco sociable). Dio hermosos frutos, es decir, mangos muy grandes con un aroma muy dulce, por lo que las personas que por ese lugar transitaban deseaban tener unos cuantos para ser dulce o jugos, pero no se atrevían a pedirlos y mucho menos a tomarlo.

Entonces, el señor pedro tuvo que hacer unas diligencias personales y se ausentaría por 3 días y ante de irse se acero a la mata y le dijo que debia cuidar sus frutos, de lo contrario seria castigada severamente y sin derecho a perdurar en el tiempo y se fue.

En el transcurso de la tarde de ese primer día, un mango de poco tamaño entre el resto, dijo a los otros mangos, - deberíamos ser llevados por esas personas para que nos conviertan en unas ricas jalea que puedan disfrutar en familia, compartir con amigos y quien sabe que traspasemos fronteras, expresándolo con mucha emoción. Pero el resto de los mangos, dijo, - que era mala idea y que no se arriesgarían a contradecir a su dueño -.

El mango se entristeció un poco y pensó, - bueno al fin de cuenta soy un mango y quiero ser jalea, así que bajare para ser tomado por alguien que cumpla mis sueños -. Entonces se acerco una señora de aspecto extraño que lo agarro, lo reviso y dijo, - aunque no es grande, igual me servira, y se lo llevo -. El mango se sentía raro, porque la señora en su bolsa llevaba ramas de plantas raras, animales disecados, plumas y polvos desconocido.

Al momento de estar en la cocina, la rama y los animales disecados, dijeron al mango, ¿en que receta seremos usados? ¿por qué esta combinación tan rara para cocinar? entonces, el mango piensa un poco y pregunta, ¿conocen la receta de la jalea de mango? la rama de ruda le dijo, - bueno mis ancestros me han dicho que la jalea es un dulce que se hace a base de frutas y cocinándolo con papelón, por lo que el mango se preocupo mucho, pero sin más nada que hacer se quedaron en la cocina a esperar que los prepararan.

En la oscuridad de la noche, el mango no dejaba de pensar y se me convierten en otra cosa que no sea jalea, porqué tanta injusticia y mientras más pensaba, más se asustaba, y comenzó a tener sueño, al cerrar los ojos entonces no solo soñaba, sino que empezó a tener pesadillas, en donde lo convertían en jugo, en helado, en ensalada y hasta lo agradaban a recetas de cocinas y lo más terrorífico es que hasta lo freían, por lo que corría mucho en cada ocasión, para no ser alcanzado y convertido en otra cosa que no fuera jalea, y así transcurrió su terrorífica noche hasta que amaneció.

Temprano en la mañana, sintió unas manos suaves que lo tomaban y despertó asustado y abrumado, se dio cuenta que una niña lo observaba y le decía a la señora de aspecto extraño, quien resulto ser su abuela, - mira abuela, este mango sirve para ser jalea, como a la que a mi me gusta, untar a las galletas y al casabe -.