Ayer durante mi guardia puse una canción que no sé cómo y no sé por qué, me derivó a otra que no recordaba que existía. A veces YouTube no es tu mejor amigo. Sonó Mi Felicidad - Nacho ft Victor Muñoz, esa que escuchaba durante las campañas de las elecciones a la Asamblea Nacional. Esa que ponía todo el día a todo volumen para aturdir a mis vecinos los chavistas. Para atudirme el tímpano y el corazón, y así no pensar en lo negativo.
Creer, necesitaba creer.
Seguida a esa, se vino Mis Ilusiones - San Luis ft Apache. Lo reconozco, lloro a moco tendido al escucharla. Me mueve el alma, me recuerda las cosas que solía creer y que ya no existen. Así que me lancé a mi misma el golpe final: Los que se quedan, los que se van - Desorden Público. Si no la han escuchado, háganlo. Recuerdo habersela dedicado a uno de mis panas de la niñez que soñaba con volver. Fue el primer emigrante que conocí, y eso que se fue por allá por el 2006. Sus papás vieron venir la desgracia como quien ve venir las malas noticias, a lo lejos, no hace falta que lleguen para sentirlas aquí. Esa canción jamás dejará de conmoverme. Ayer profundicé el por qué.
Y es que aún estoy en Venezuela, pero ya no lo es más. Ya no se siente a Venezuela, no se respira el buen humor, la empatía, los amigos que adquirías con solo conversar en la cola del mercado. Nos hemos acabado al país. El calorcito que había aquí, ya no lo siento. No me siento sola nada más por estar lejos de mi familia, me siento sola porque estoy lejos de mi país aunque aún esté dentro de él.
Y es que es así, la frase que dice que no hay nada peor que estar con alguien que te hace sentir solo, también aplica a los lugares.
Hay otra, y es la que siento en el corazón: "Irse de Venezuela es como divorciarse aún estando enamorado". Por mala leche, sigue siendo nuestro hogar, aunque logremos echar raíces en otro lado. No es jamás lo mismo irse para otro lugar porque quieres hacerlo, a porque tienes qué. La libertad es efímera, indispuesta, estemos donde estemos, se nos ha ido.
Solo podemos mantener la esperanza de que el mañana traerá un mejor futuro. Sobrevivirle a la guerra que llevamos viviendo hace casi o incluso más de dos decadas. Ayer le decía a un paciente que ser adulto joven en Venezuela es difícil. El me respondió "ser adulto mayor en Venezuela es más difícil". Creo que lo correcto en realidad es decir, ser venezolano es difícil.
No me caben más depresiones en la mente ni en el corazón. No tengo la capacidad emocional para despedir a alguien más. Solo puedo contar los meses que me faltan para cerrar un ciclo y buscar una nueva vida. Una vida que quizás no es la que soñaba, pero puede hacerme feliz. Saber lo que no quieres también es un buen comienzo, y yo ya no quiero vivir así.
Mientras escribía la última línea, se fue la luz.
Como leí hace un rato entre los escritos de un periodista brillante: "No todos los días tienes la fuerza para que no te pese el gentilicio".
Qué bonito y triste a la vez. Venezuela siempre será mi hogar, pero a veces más cosas cambian aunque no queramos
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comparto muchos de tus sentimientos u.u; yo amo mi país y la idea de alejarme de todo no me gusta pero llegara un punto en que ya no tendré opción y quizás parta como muchos otros lo hicieron :c
Es triste haber llegado a esto, que el país se desmoronara y no nos diéramos cuenta. Venezuela, lo que fue, lo que es, y lo que pudo haber sido.
P.D: Esa canción de Desorden Público se siente como estar en un aeropuerto despidiendo a tus seres queridos.
P.D.2: Otra canción que se puede incluir en esto es "Te vas" de Gaélica.
De alguna manera me conecto con los sentimientos de los que aun seguimos acá apostándole al tiempo y al cambio ... no es eterno este proceso, lo que si se es un proceso dentro de lo negativo existe algo positivo, por algo estamos aquí cierto ! pues bueno seguimos adelante existos...!