Algo que siempre me ha intrigado es la incapacidad que tenemos de generar auténticos números aleatorios por nuestros propios medios. Mucha gente nos dirá que no es cierto, que podemos generar números completamente aleatorios, pero si y sólo si la semilla de este número es tomada de la naturaleza directamente, y no siempre.

Se habla en este artículo de que somos una simulación, una de las ventajas de simular algo es que nos ayuda a comprender cómo funciona nuestro mundo, pero requiere muchos recursos. La mejor forma de controlar el uso de recursos, es limitar las capacidades de la simulación para que no exceda ciertos límites, si somos los simulados, no deberíamos poder acceder, por ejemplo, a la capacidad de generar ciertas secuencias numéricas que podrían hacer la simulación recursiva y acabar con la memoria del ordenador dejando el programa congelado. Limitando nuestra capacidad de acceder a lo aleatrorio, se limitaría la posibilidad de crear simulaciones igual de rápidas que la simulación que nos genera, este retraso daría tiempo a la máquina que nos genera a refrescar la memoria. De otro modo, nuestras simulaciones sobre el funcionamiento del universo, podrían ser tan intensivas para la máquina principal como la simulación de nuestro universo.

UIn poco confuso ¿no? Para aquellos que tienen emuladores de vidojuegos antiguos, como Mame o Zsnes puede servir este ejemplo. Si le damos al simulador la misma capacidad que al sistema operativo, llegará un momento que no podamos apagar nuestro ordenador sin cortar la corriente porque el juego habrá tomado el control del sistema operativo y lo hará inusable. O el típico gag del espejo, cuando un personaje se encuentra ante un marco vacío y al otro lado está el protagonista intentando evitar que le cacen, y se pone a imitar los movimientos del otro personaje. Siempre llega un momento en que el imitador toma la delantera y el imitado empieza a seguir el comportamiento del espejo.

https://en.wikipedia.org/wiki/Random_number_generation#By_humans