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¿Quién soy yo?, la gran pregunta de esta serie de reflexiones que hemos realizado.
Ya debemos sentir, estar conscientes de quienes somos. Pues, presta mucha atención y enfócate en lo que te voy a decir.
Definitivamente, si eres un ser que puede hacerse esa pregunta, serías entonces, uno de los pocos de este planeta que es capaz de reflexionar eso. Por la simple razón de intentar saber quién eres, puedes saber que eres alguien. Eres una persona que se molesta al ser ignorado, que se pone triste, que es capaz de sonreír y poder sacar una cuenta matemática. Te puedes enamorar y puedes odiar, puedes perdonar y guardar rencor. Eres un ser que sintió ganas de saber quién era. Por lo tanto eso ya me dice que, eres alguien.
Y también reflexionaste y podrías responder ¿Quién es el otro? El otro es el que encuentras en tu camino, el que crece a tu lado, trabaja, se alegra o llora, a tu lado; el que ama u odia a tu lado, aquel de quien dices "me carga verle" o "no puedo verle", aquel de quien nada dices, de quien nada piensas, porque pasas sin mirar y ni le has visto... El otro, es aquel a quien debes unirte para llegar a ser el hombre "total", el "hermano universal", aquel a quien debes unirte para triunfar y salvarte con toda la Humanidad. El otro, es aquel con quien colaboras cada día para perfeccionar la creación del Mundo. El otro es tu prójimo, a quien debes amar con todo tu corazón, con todas tus fuerzas y con toda tu alma.
El otro es tu plan de cada día, tu hostia cotidiana.
El otro se llama Juan, Pedro, Dolores, señor García, señor Hernández, habita en tu misma casa, trabaja en la misma oficina, toma el mismo vagón o el mismo bus, está sentado a tu lado en el cine, en el trabajo o la escuela... ¡El otro!... el otro también es alguien, alguien igual que tú. Tú, yo y los demás somos iguales. Pero también diferentes.
Nuestras diferencias son frutos de nuestra libertad, nosotros escogemos como queremos hacer las cosas, como queremos vivir, hacia donde queremos ir. Es decir, tenemos el poder de tomar decisiones. Es así que, la mayoría de las personas aspiran a ser independientes, mandar sobre sí mismas, estar libres de ataduras o mandatos, hacer lo que mejor les plazca, involucrarse con las personas que ellas quieran y no dejarse mandar por otras. Eso les alcanza felicidad o placer egoísta. No se dan cuenta que hay que aprender a ser libres. Es decir, hay que saber y conocer muy bien la libertad.
La libertad es un bien que te dirige al bien. Recuerda también que, así como eres libre los demás también. Te toca a ti saber elegir bien y recuerda que debes asumir las consecuencias de tus actos.
En fin, somos libres y tomamos decisiones distintas, es por eso que nuestras consecuencias no son iguales.
Eres diferente porque eres único, autentico. Tienes que cultivar tu autenticidad, ir contracorriente, que no te dominen las modas ni lo común de la vida. Lo que piensa todo el mundo no necesariamente es cierto. El ser humano siempre está cambiando. Tú eres realmente único. Todos los demás son únicos.
Mis queridos amigos, el mensaje que quiero dejarles hoy es: tenemos que aceptarnos, somos iguales, y ya conocemos porque somos diferentes.
Acepta lo que eres, quítate esa mascara que tapa lo que eres.
Acepta a los demás, no los juzgues porque no sabes porque son así, no sabes que cosas han vivido.
Acepta estas realidades. Las del otro y las más importantes, las tuyas.
Hola muy buena reflexión.
Hola, muchas gracias, saludos...
buenaaaaa
Muchas gracias... Saludos