Manifestaciones maléficas.
Antes de hablar de lo que propiamente nos indica el título de este escrito, creo que es bueno hacernos algunas preguntas introductorias al tema. Sin profundizar mucho en tema, hay que determinar y definir aquello que origina la actividad maléfica. ¿”Por qué aquello”? pues, porque estamos hablando de una actividad y toda actividad implica una acción, y toda acción es iniciada. Y todo lo iniciado tiene su comienzo en algo que lo inicia.
Ahora bien, eso no lo vamos a discutir ahora, no vamos a responder por ahora, ni a estudiar la naturaleza de quién inicia la actividad a la que aquí nos referimos (la actividad maléfica). Solo diremos que el demonio o Satanás (tiene muchos nombres pero están conscientes de a quién me quiero referir), es el autor real de los maleficios y toda clase de actividades maléficas conocidas y no conocidas hasta el momento. Lo demás, lo revisaremos en otro momento.
La actividad maléfica.
Cabe considerar que Satanás es una criatura espiritual, pues anteriormente era un ángel. Evidentemente su conocimiento de las cosas de este mundo es muy superior a la de todo ser humano. También, es importante reconocer que, como criatura espiritual no tiene los mismos límites que tiene una criatura física como el hombre.
Sin embargo, hay ciertas formas muy particulares en la que el demonio se manifiesta y actúa ante los hombres, estas son las siguientes: la tentación, la infestación, la vejación y la posesión. Examinemos cada una de ellas de forma un poco más detallada.
- La tentación: esta es la manera más ordinaria y común en la que el demonio se manifiesta. No es más que el estímulo o la invitación a comer cualquier pecado. Las tentaciones provienen del demonio, aunque también es frecuente que, indirectamente también sea el autor de muchas de estas atracciones. Y se dice atracciones, porque la naturaleza del hombre está marcada por el pecado, siempre propenso a caer, pues el espíritu del hombre responde a sus condiciones físicas (es decir, de las cosas de este mundo).
Las siguientes formas de manifestaciones diabólicas son poco frecuentes, extraordinarias y muy raras.
- La infestación: es la acción que el demonio ejerce sobre la naturaleza inanimada, como por ejemplo lo perteneciente al reino animal y vegetal. Igualmente tiene que ver con objetos, cosas e incluso en imágenes u objetos sagrados. Todo esto, con la finalidad de llegar al hombre, con objetivos malignos en todo momento. Fuente
- La vejación: también conocida como infestación personal. Son males que el demonio provoca en los hombres de forma directa sin que haya posesión. Estas pueden ser físicas: enfermedades, dolores entre otros; mentales: agotamientos, depresión, angustias, apariciones y muchas otras; afectivas: relaciones inestables, etc.
Es importante mencionar, que en el caso de las vejaciones, generalmente hay implicaciones de interés psiquiátrico, así que cualquier desorden mental y afectivo no es exclusivamente de una manifestación diabólica. Pero esto último espero poder desarrollarlo en otro post.
- La posesión: es la más extraordinaria y rara de todas las formas de manifestación diabólica. La posesión es el dominio que el demonio ejerce directamente sobre el cuerpo de una persona e indirectamente sobre su alma. Así pues, la persona no es responsable de sus acciones, aun cuando haya ofensas a lo sagrado y lo divino, pues la persona pasa a ser una víctima instrumento de las acciones demoníacas.
Cabe destacar que el ejercicio del poder que el demonio tiene en la posesión, es directamente sobre todo lo que es materia en el hombre. Así que, las facultades intelectuales son controladas de forma indirecta. Es decir, que mediante el actuar sobre los sentidos externos e internos, se llega al entendimiento y la voluntad.
No siempre se realiza una posesión plena en la persona. Generalmente el demonio deja cierta lucidez a la persona para que esta consciente de todo lo que sucede, a esto se le conoce como posesión mitigada.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Tomado del libro de Corrado Balducci "La posesión diabólica"
Muchas veces nosotros dejamos la puerta abierta, para que en nuestras vidas se presenten este tipo de manifestaciones diabólicas. Como por ejemplo:
si eres asiduo a ir a brujos, si comienzas a invocar lo desconocido, entre otras cosas. Es ahí donde aplica el dicho: " No es lo mismo llamar al diablo, que verlo venir"
Eso es correcto... Siempre estamos expuestos, pero la fe y fuerza siempre en Dios es la mejor armadura. Espero poder desarrollar varios puntos acerca de estos temas que son bastantes interesantes...
@glokdm pienso lo mismo. Muchas de nuestras acciones pueden abrirle la puerta al bajo mundo.
Tal cual, estas en lo correcto...