Si, jajaja... Pasa seguido, por eso gusta tanto cuando lo cuento en las escuelas. Es la idea, encontrar un problema común y procurar darle alguna solución que se adecue a la comprensión de los niños. Ellos, al verse reflejados en la niña del cuento que se come todo, les parece gracioso y comienzan a tomar el tema de la alimentación como algo más relajado que los invita a disfrutar la hora de la comida y no a sufrir, como usualmente sucede, por todo el estrés que les genera a sus padres el hecho de que su hijo no tenga una adecuada alimentación. Incluso, de este cuento, puede partir una interesante discusión sobre la crianza respetuosa, pero ese ya será tema para otro post. Gracias por comentar y por seguir lo que escribo. ¡Saludos!
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