Por Eduardo Sánchez
La teoría y la utopía: la primera normalmente es una idea que empieza el camino de su confirmación o su negación, la segunda es sencillamente eso, un pensamiento sobre algo que no es posible y sólo funciona en la nebulosa de nuestras mentes. La disrupción de las criptomonedas, la blockchain y todo su desarrollo lateral, frontal, escalado, descentralizado y espectacularmente imprevisible, nos coloca en un nivel de velocidad para el cual no estaba preparado nadie, ni los impulsores de los satoshis, ni los dinosaurios, ni los gobiernos, ni la masa en general.Así, está dejando atrás a los utópicos viejos y nuevos, mientras los teóricos, de diversas y múltiples caras, avanzan en distintas direcciones y, para mí, hacia nuestro impredecible banco en las nubes.
Jano1, en la mitología romana, es el dios de las puertas, los comienzos, los portales, las transiciones y los finales, pero también se le atribuye entre otras cosas la invención del dinero, la navegación y la agricultura, además de que, para los romanos, este dios aseguraba buenos finales. De esta forma, como ha demostrado la historia humana a través de los siglos, todo fin es un inicio y ciertamente más allá del tema de los más aptos, los que tengan mayor capacidad de adaptación y visualización de lo que viene serán los protagonistas de ese futuro que, como creemos muchos, en lugar de predecirlo hay que inventarlo.
En estos poderosos días que estamos viviendo, la nueva rueda de la evolución se mueve sin cesar. El dato de que más del 66% de los principales bancos y organizaciones financieras mundiales usarán aplicaciones comerciales sobre la blockchain no es ninguna cosa menor. Y no sólo son las finanzas tradicionales quienes se adelantan, investigan y ponen en operación productos y servicios: varios gobiernos van en serio conformando estructuras especialmente significativas. Imaginemos por un momento un país que coloca parte de su sistema financiero en una stablecoin garantizada por riquezas minerales tangibles, legales y negociables. Las rutas de esta evolución apenas ahora es que se escriben.
La base de datos que gigantes poli-omnipresentes poseen de todos nosotros es bestial, incluso mucho más de lo se dice y de lo que creemos, datos que a pesar de las recientes regulaciones europeas no hancesado de minar. Estos híbridos, dedicados a disímiles e incluso aparentemente diferentes y no conectados sectores o industrias, están comenzando una era donde se sobreponen y se mezclan ecosistemas que al final procuran que no necesites salir de su estructura para vivir: puedes trabajar dentro de ellos, recibir tu salario en sus tokens o cryptos, te prestan, puedes comprar de todo sin salir de allí, intercambiar, moverte por el mundo, y todo sin utilizar ningún banco, ningún gobierno y ninguna criptomoneda conocida. No son una entidad bancaria, tampoco están limitados a una empresa de tal o cual actividad, son parte de una economía tokenizada que rompe los esquemas y las casillas mentales y regulaciones gubernamentales y oficiales que tenemos hasta hoy.
Ese avance se está dando de un modo no visible para muchos. Empezó de manera incrédula dentro de muchas de estas grandes corporaciones, pero ha ido ganando espacio y fuerza estos dos últimos años. Su inocuidad aparente es sólo la mejor muestra de que, en general, es poco lo que realmente el status actual entiende de lo que se está forjando hacia dentro. Muchos de estos gigantes tienen una base de usuarios que ni los gobiernos conocen, una amplia gama de personas que procuran algo que genere un verdadero impacto en sus vidas y les ayude a mejorar su nivel de existencia. Pueden estos bancos en las nubes crear valor tangible y con relativa rapidez, no necesitan mayores procesos de adecuación de plataformas ni de adopción, ya eso lo tienen. Un ejemplo: en su aplicación de mensajería pueden comunicarse, pero también generar, guardar, intercambiar tokens para adquirir algún bien de otra «empresa» del grupo, a la vez que generan contenido o gamifican sus datos dentro del navegador para seguir obteniendo recompensas. Igualmente acceden al neobanco del grupo donde envían y reciben, les otorgan créditos y procuran aumentar su nivel manteniendo una buena reputación. Lo mejor es que sus envíos pueden ser pequeños, no tienen que mandar grandes cantidades, las comisiones son mínimas y los tiempos se miden en minutos. Son variados los movimientos que se están dando desde aquí: la telaraña que la cadena de bloques les permite realizar a estos bancos en las nubes les acerca a una nueva y distinta organización totalmente diferente a las conocidas.
Ahora, no sólo son estos organismos poli-omnipresentes los que están buscando su espacio dentro del banco en las nubes: los más avanzados de la banca tradicional hace rato que están procesando, experimentando y chequeando cuál es la mejor manera de adaptarse para sobrevivir y seguir en primera línea. Son un poco más lentos, ciertamente, pero en lo absoluto están durmiendo en sus viejos laureles: tienen la enorme ventaja de ser legalmente instituciones financieras, con experiencia comprobada, muy buena base de datos y capital para avanzar. Luego de una aparente muestra de desprecio y desdén frente a la blockchain, empezaron a entender que por esa vía ibancamino a la extinción, así que muchos se pusieron a trabajar. Empezaron con las remesas y transferencias transfronterizas, ahora están comprando fintechexitosas y van a seguir moviendo sus piezas con mucho más poder. Que nadie subestime la capacidad de estos dinosauros para transformarse y convertirse en entes, incluso, con mayor fuerza.
Los primogénitos de Nakamoto tampoco es que seamos convidados de piedra en este proceso, sacando a los camaleones que nada aportan y que se disfrazan de la blockchain para enriquecerse pura y brutalmente como único objetivo, pues hay una buena cantidad de proyectos en marcha que intentan romper esquemas viciados y donde la especulación financiera es la norma. Quizás la fortaleza de la descentralización se convierte en una de las mayores dificultades a la hora de consolidar la adopción masiva, porque déjenme decirles algo: para mí, por encima del tema de la regulación, es el uso de las mayorías lo que logrará definir las normas. Si las personas utilizan la blockchain y las criptomonedas de forma cotidiana, sin pararle a gobiernos o bancos, serán estos actores quienes tendrán que adaptarse y no al contrario. Aquí lamentablemente cada quien anda por su lado y laproliferación, como hierba mala, de proyectos que simplemente no aportan absolutamente nada al ecosistema, poco ayuda al impulso que se requiere para masificar su uso. Entender esto es primario si queremos realmente ser el engranaje principal de estos bancos en las nubes que se encuentran en plena construcción. Y aunque a muchos les disgustan las instituciones, son éstas las que, diseñadas desde la descentralización, pueden forzar los tiempos y acelerar la consolidación de una economía tokenizada que genere impacto real, combata la inequidad y la desigualdad, y permita el acceso efectivo de los marginados y excluidos de los sistemas actuales,procurando una globalidad muchísimo más justa, equilibrada y democrática.
El mundo, sin lugar a ninguna duda, será profunda y mayoritariamente digital. El siguiente paso en la evolución de Internet es la blockchain, que por cierto en sí misma está avanzando de tal manera que prontotendremos un nuevo movimiento hacia delante, pues era la llave que faltaba para darnos la posibilidad de intercambiar valor de forma segura, transparente, auditable, inmutable y sin necesidad de intermediarios. Lo que ciertamente no entregó la cadena de bloques fue una patente de corso a nadie y, muy por el contrario, abrió una caja de Pandora donde cada quien toma su posición y ataca. Los bancos tienen años de consolidación de sistemas y procesos, y las organizaciones empresariales mundiales concentran mayor suma de poder. Por su parte, los proyectos originales de las criptomonedas apenas tienen diezaños, como el Bitcoin, pero la enorme mayoría cuentan con muy pocos años. El banco en las nubes se encuentra en plena construcción y Jano ya comenzó lafaena de abrir unas puertas y cerrar otras. La transición ha comenzado.
Notas 1: https://es.wikipedia.org/wiki/Jano
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